Caza romántica Jake & Nessie (post-resaca de fiesta).

Uhm ¿caza con mi Jake? Se me ocurrían algunas ideas mejores de lo que hacer con mi hombre, pero también el apetito me estaba llamando, después tendría mucha más energía.

Vamos Jacobbbbbb…preparados, listos…yaaaaaaaaaa – grité cuando él todavía estaba cerrando la puerta de la casa de los Black. Quería olvidarme de todo, y dar rienda suelta a mis instintos. Oí una queja tras de mí de Jake, pero en seguida pude oír sus pasos a sólo unos metros de mí, desaceleré un poco para fingir que me daba alcance ya que no se había transformado en lobo…entonces me atrapó como si yo fuera la caza, dando un salto olímpico y los dos caímos rodando entre la maleza.

Eres un tramposo Jacob, no has entrado en fase….yo quería competir en igualdad de oportunidades…- dije con cara pícara, él me besó la frente y se puso tierno.

-¡Eeeeeh! -le grité a Nessie riéndome.

Ella había echado a correr apenas atravesar la puerta, y en un segundo ya se había alejado varios metros de mí. Empecé a correr tras ella, y noté como reducía la velocidad. Se giró hacia mí sin dejar de correr y su sonrisa me atrapó como siempre lo hacía. Aceleré el paso y cuando tuve a Nessie a tan solo un par de metros salté sobre ella, tirándola al suelo sobre una zona de hierba esponjosa y algo húmeda. La apresé entre mis brazos para que no se escapara y ella posó sus manos en mi cintura.

-Eres un tramposo Jacob, no has entrado en fase….yo quería competir en igualdad de oportunidades…-me dijo con una media sonrisa y enarcando las cejas.

La besé en la frente y después busqué sus labios con los míos, hasta fundirme en un cálido beso. Moví mis labios hasta su cuello y le susurré al oído.

-Caza a tus anchas cariño... yo te sigo -le di un último beso en los labios y ambos nos levantamos de un salto.

Casi no había recuperado el equilibrio cuando Nessie ya se encontraba a varios metros de mí. La seguí sin apretar mucho el ritmo, dejándole espacio para que pudiera encontrar una presa apetecible y saciar su apetito sin presiones. En varias ocasiones la perdía de vista, pero pude seguir su olor facilmente y en pocos segundos volvía a verla de nuevo. Era realmente rápida, corría de una manera sobrenatural. Parecía volar en vez de correr. Se movía con sutileza y en silencio, ligeramente agachada, y su pelo se agitaba con el viento como si se tratara de las olas contra las rocas. Los movimientos de Nessie eran más bellos que el vuelo de un águila real, más bellos que un delfín a nado. De pronto Nessie se paró en seco, y yo hice lo mismo a varios metros de ella. Levantó ligeramente la cabeza y miró hacia la izquierda. Entonces echó a correr más rápido que hasta entonces, y la perdí totalmente de vista. Corrí varios minutos siguiendo su olor, y me impresionó con qué velocidad se había alejado. Finalmente, tras lo que me pareció una distancia de un kilómetro, la alcancé, y la vi tendida en el suelo, bebiendo directamente del cuello de un enorme ciervo macho. Me senté sobre una roca lo suficientemente alejado de ella como para no molestarla, y me quedé observando cómo se alimentaba. Era fascinante. Apoyaba una de sus manos en el suelo y con la otra rodeaba el enorme cuello del ciervo. Tenía las rodillas hundidas en el suelo, y su cabello caía tapándole el rostro. Si cualquier humano hubiera presenciado aquella escena, probablemente habría muerto del susto. Pero a mí me resultaba fascinante... era realmente... atractivo y sensual.

Caza a tus anchas cariño... yo te sigo – dijo Jake con ánimo, y yo me decidí a dar rienda suelta a la depredadora que llevaba dentro.

Cerré los ojos un momento, oía a lo lejos aves chapotear, los coches en la autopista, la corriente del río… y levemente un ciervo rumiar. Bingo!!! pensé mientras saltaba de un árbol a otro.
De repente la diversión de la carrera se acabó cuando noté la alerta del enorme ciervo ante el silencio del asesino, osea yo. La garganta me latía y me llamaba la sed, así que le salté encima y enseguida dejó de moverse entre mis brazos.
La sangre no era muy buena, pero sació mi hambre.
Después de la vorágine depredadora, noté cómo la mirada de Jake me escrutaba a unos 200 metros de distancia. Estaba un poco despeinada, me limpié la comisura de los labios y en un segundo estuve a su lado recostada.

Uhm no sé si comerte a ti…estás demasiado guapo y eres mi presa fácil…– dije cariñosa-
El cielo estaba lleno de estrellas y la luna iluminaba su perfecto rostro aterciopelado. Me volvía loca cuando sonreía…

¿Te apetece darte un baño en el río? – le dije tocándole con mi mano, para hacerle sentir el murmullo tranquilo del río…

Después de unos minutos, Nessie se separó del ciervo y volvió junto a mí. La sangre del ciervo ahora potenciaba su olor y el color de sus mejillas. Se acercó a mí caminando con sutileza, clavando en mis ojos los suyos, brillantes y arrebatadores. No sabía si podría controlarme ante la imagen de Nessie acercándose a mí, despeinada, con mi sudadera ligeramente abierta mostrando su cuello, e iluminada solo por la luna... Era mucho más de lo que podía soportar.

-Uhm no sé si comerte a ti…estás demasiado guapo y eres mi presa fácil…–me dijo sentándose junto a mí.
-Te recuerdo que yo también cazo, cariño... -Tiré del cuello de la sudadera destapándole un hombro y le mordí sin ejercer apenas presión. Ella se levantó riendo y me tendió ambas manos.
-¿Te apetece darte un baño en el río? -a mí me apetecía hacer cualquier cosa, mientras fuera con ella. La cogí de las manos y me levanté.
-Déjame mostrarte algo... -le dije dirigiéndola a través del bosque.

Caminamos aproximadamente unos quince minutos, y finalmente llegamos al lugar que quería enseñarle a Nessie. Le pedí que
me acompañara y nos acercamos hacia el río. Había descubierto aquel lugar una noche en que llevaba tres días sin ver a Nessie, y la echaba de menos hasta el punto de no poder dormir. Aquella noche salí de casa a medianoche y entré en fase, con la intención de correr un rato por el bosque para despejarme e intentar cansarme un poco... Corrí sin rumbo, y llegué a aquel lugar en el que nunca había estado.

Nessie me siguió y llegamos hasta aquel punto del río, donde el agua caía en una diminuta cascada debido al desnivel del terreno. Al caer, el río formaba una gran poza de agua, ancha, pero no demasiado profunda. Calculé que el agua me llegaría hasta el pecho estando de pie. La piscina natural desembocaba en otra pequeña cascada, siguiendo el curso del río. La poza estaba oculta entre una gran cantidad de árboles, por cuyos troncos reptaba abundante hiedra, y la vegetación crecía en abundancia alrededor del agua debido a la humedad. Era un lugar difícil de encontrar, y mi favorito en todo el bosque. Nessie miró el lugar admirada y yo le sonreí. Empecé a quitarme la camiseta para saltar al agua, y aún la estaba pasando por mi cabeza cuando Nessie me empujó a modo de juego y me tiró al agua. Conseguí cogerla de la mano justo antes de caer, y ella se hundió junto a mí, aferrándome del brazo.

Cuando Jake me llevó a aquel miniparaíso perdido, un rincón único, que posiblemente yo misma era la segunda persona que lo había visto, los ojos se me abrieron como platos y no pude más que suspirar.
Este será nuestro lugar para siempre cariño, sólo tuyo y mío, gracias por traerme aquí…te AMO – dije un poco alucinada –

Él se quitó la camiseta , era tan perfecto…sus músculos, su piel, su olor embriagador, y le empujé al agua en un arrebato, desequilibrándolo, pero me agarró y lo seguí en la caída. Las risas entre nosotros fueron estruendosas, la corriente nos llevaba de un lado a otro…y nos giraba aún más en nuestro juego amoroso.

Hasta debajo de la cascada nadamos agarrados de la mano, y nos enredamos el uno en el otro, mis piernas rodearon su cintura y la intensidad de los besos bajo el agua no la interrumpía más que la necesidad de respirar…no sé cuánto tiempo estuvimos echando más leña a nuestro fuego interior, pero creí notar cómo el agua hervía a mi alrededor…sólo entonces Jake me arrastró hasta la orilla con sumo cuidado, y me levantó en brazos.

Estaba empapada, y salimos del río hasta posarnos en un pequeño lecho de musgo. Yo debajo podía ver cómo temblaban los labios de Jake al acercarse…y sufrí un estremecimiento. Me enervé un poco, y Jake se tensó levemente, acoplándose un poco más a la forma curva de mi cuerpo….
¿Tienes frío cariño? ¿Quieres volver a casa para que nos cambiemos? – le pregunté con la esperanza de que fuera la última cosa que deseara hacer en el mundo -

A Nessie le encantó aquel sitio, y yo me sentí realmente feliz de que tuviéramos aquel lugar para nosotros. Era perfecto.
Nadamos durante mucho rato, y ella me rodeó atrapándome entre sus brazos y sus piernas. Pese a la brisa nocturna y la baja temperatura del agua, yo me sentía cada vez más acalorado bajo el cuerpo de Nessie. No podía separar mis labios de los suyos. Eran como una droga que jamás podría dejar. El agua nos mecía a su voluntad. Pronto sentí el peso de mis vaqueros empapados, y vi que ella soportaba la sudadera y sus vaqueros tan empapados como los míos. Salimos del agua y seguí a Nessie, que se tumbó en el suelo y tiró de mi mano hasta tumbarme sobre ella. Pasé un brazo por la curva de su espalda, y con la mano que me quedaba libre abrí un poco la cremallera de la sudadera, dejando libre su cuello. Le aparté el pelo mojado de la frente y el cuello y la besé rozando su piel suavemente con mis labios. Finalmente llegué hasta su boca y volví a sentir aquel fuego que me abrasaba y me hacía perder el juicio totalmente. La estreché contra mí y abrazándola rodé sobre mi espalda, hasta que Nessie estuvo sentada sobre mí. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y pareció contagiarse al mío.

-¿Tienes frío cariño? ¿Quieres volver a casa para que nos cambiemos? -me peguntó frunciendo el ceño. Me levanté hasta dejar a Nessie sentada sobre mis piernas y nuestras narices se rozaron un segundo.
-¿Frío? -contesté sonriendo-. En absoluto, pero si tú tienes frío, podemos volver en cuanto lo desees.

-¿Frío? En absoluto, pero si tú tienes frío, podemos volver en cuanto lo desees. – dijo con una media sonrisa picarona–

Si por mí fuera no me movería ni un centímetro de este lugar. Lo que más amo en el mundo lo tengo enfrente, ¿crees que puedo desear algo más? – dije acercando mi frente a sus labios…irradiaba un calor especial, y me sentí en el cielo, él era mi ángel, mi protector.

Lo envolví en un abrazo muy tiernamente, tanto rato que cuando abrí los ojos ya estaba amaneciendo.

Jake cariño, ¿nos vamos a desayunar? Te doy ventaja… – le dije con una sonora carcajada, pero él pareció no reaccionar, seguramente aún estaba disfrutando de nuestro abrazo…y la verdad, yo estaba tan a gusto que no me separé hasta que el sol comenzó a calentarnos la cara [...]

Nessie se quedó tumbada sobre mí, rodeándome con sus brazos alrededor de mi cintura y apoyando la mejilla en mi pecho. Estábamos empapados, pero podía sentir el calor a nuestro alrededor. Me sentía realmente cómodo abrazando a Nessie, hacía mucho que no disfrutábamos de un tiempo solos y tranquilos, sin ningún tipo de obstáculo. Aquel momento en nuestro rincón del bosque era un auténtico regalo. Crucé mis brazos en la espalda de Nessie, sintiendo su ligero peso sobre mi pecho, y me sentí más relajado que nunca... No me había dado cuenta de cuánto hacía que no dormía... Cerré los ojos y ya solo escuchaba mi respiración y la de Nessie. Sentía el movimiento de su cuerpo con cada inspiración que hacía, y cada vez pensaba más lentamente... el descenso del río, el roce de las hojas de los árboles unas con otras, el calor de Nessie sobre mi piel... mis párpados se hicieron más pesados, y caí en un sueño profundo.
Tras lo que me había parecido bastante tiempo, Nessie se movió sobre mí y escuché su voz junto a mi oído.

-Jake cariño, ¿nos vamos a desayunar? Te doy ventaja… -me dijo ella riendo.
-Mmmmm... -suspiré y la abracé para que no se separara de mí.

Ella volvió a reirse, y me encantó cuando noté cómo volvía a apoyarse en mi pecho y apretaba sus manos en mi cintura. Nos quedamos tumbados bastante tiempo, y el canto de los pájaros cada vez era más intenso. Se escuchaba el deslizar de algún animal, probablemente algún reptil o insecto que movía las plantas a su paso, y finalmente los rayos de sol cayeron cálidamente sobre nosotros. Aumentaba la temperatura con cada minuto que avanzaba la mañana, y nuestra ropa estaba casi seca. Empecé a sentir hambre, pero no me moví.

-Vamos cariño... -me dijo finalmente Nessie incorporándose.
-Está bien... -me levanté y busqué sus labios.

La claridad me impedía abrir los ojos completamente, y fue Nessie la que juntó sus labios con los míos. Me besó delicadamente y quise que aquello no acabara nunca. Lo último que quería era marcharme de allí... allí no existía nadie, excepto nosotros dos. Era nuestro sitio perfecto.
Nessie se levantó y me dio la mano, me levanté y empezamos a caminar lentamente por el bosque. Pude ver como Nessie miraba por encima del hombro hacia la poza y la marca que habíamos dejado en el suelo con nuestro peso. Realmente le había gustado aquello, y aún no habíamos perdido el lugar de vista cuando yo deseé volver a tener un tiempo para ir allí con Nessie.