Llegando a la guarida de la manada alfa....

Jake me levantó por la cintura y me colocó en su coche, aparcado en la Casa Cullen, con sumo cuidado. Temía que cualquier pequeño descuido volviera a desatar aquel monstruo que habitaba en mí…¡cómo si pudiera controlarlo! – pensé aterrorizada, yo no podía hacer nada contra “eso” y no sabía de lo que era capaz….-

Me preguntó si quería despedirme de mi madre, y yo negué con la cabeza. Su semblante se volvió duro y triste.
Jake mi madre está en estado de shock, ya no sé cómo pedirle perdón […] ¿cómo voy a decirle que su pequeña es un monstruo incontrolado? Mi instinto me dice que no me acerque para hacerle más daño….ya has visto cómo la he herido con el tema de la desaparición de mi padre. –dije muy apesarada- Te repito: si ves que puedo hacerte daño “mátame” sin dudarlo, JÚRAMELO JAKE, sino intentaré hacerlo yo misma … –dije cortante para asegurarme de que lo haría –

Todavía estaba conduciendo cuando olimos a Eva corriendo por el bosque, ¿También ella estará asustada cariño? –pregunté a Jacob, él murmuró por lo bajo y frunció el ceño.
Y entonces vi a Billy en el porche salundándonos entusiasmado. Habíamos llegado a la guarida de la manada y por fin parecía que había algún miembro más…

Salimos de casa de los Cullen por detrás, sin que nos viera nadie, ya que Nessie lo prefería así. Subí a Nessie al coche y ella se quedó allí relajada, como si el interior de mi coche ya fuera un sitio seguro para ella solo por el hecho de ser mío. No sabía si podría hacer que se sintiera bien estando conmigo en la reserva, pero ella necesitaba salir de aquella casa aunque solo fueran unas horas.
Nessie volvió a pedirme que si me ponía en peligro la matara, y de nuevo tuve aquella sensación de ahogo. No había terminado de hablar cuando la besé para que dejara de decir aquellas cosas.

-Nessie, no vuelvas a decir eso. Voy a buscar algo para calzarme, conduciré mejor.

Le dije a modo de excusa, ya que eso no era realmente lo que quería hacer. Ella no quería ver a nadie antes de irnos, pero yo no quería que su familia se preocupara ni que pensaran que me la había llevado en un gesto de desfachatez. Me acerqué al maletero donde tenía millones de cosas inservibles. Debía limpiar el coche. Busqué un trozo de papel y algo con que escribir. Encontré un folio doblado por la mitad donde aparecía el nombre de Embry Call y su número de teléfono escritos con mi letra, aunque con la letra que solía tener hacía años. Recordé que me había dado ese número hacía mucho tiempo, cuando cambiaron de teléfono. Arranqué medio folio dejando la mitad escrita de nuevo en el maletero. Seguí buscando y encontré un lapiz casi sin punta. Tomé el trozo de papel en blanco y empecé a escribir.

"Nessie necesita un respiro. Me la he llevado a mi casa. No os preocupeis, estará bien. Volveremos pronto.
Jacob."

No sabía si volveríamos pronto o si se quedaría conmigo varios días, pero así estarían tranquilos.Tenía el coche aparcado cerca de la casa, pero si me acercaba a dejar la nota Nessie me habría visto y no lo habría aceptado. La hoja era lo suficientemente grande para adquirir cierto peso, así que hice una bola con ella y la lancé al porche. Calculé bien, y quedó en el suelo, justo frente a la puerta. El próximo que entrara o saliera la vería.
Rodeé el coche y entré sentándome en el asiento del conductor.

-Pues no tengo nada... -la miré y le dediqué mi mejor sonrisa, esperando que eso la hiciera sentir bien-. No importa, no es la primera vez que conduzco descalzo ¡y dudo que estos pedales duelan más que todas las ramas y piedras del bosque juntos!

Arranqué el coche y tomé el camino en dirección a la carretera. Notamos el efluvio de Eva, pero no parecía que andara en nuestra dirección. Eva también me preocupaba, pero deseé que no viniera a la reserva y nos diera algo de tiempo a Nessie y a mí. Aceleré y salimos a la carretera.

Llegamos a casa enseguida y Billy estaba sentado en el porche. Me pregunté si estaba allí por simple placer, o si tendría algún problema para entrar.

-¡Hola chicos! -nos dijo con una gran sonrisa.
-Hola papá, ¿qué haces aquí fuera?
-Sue y Seth acaban de marcharse. Seth te ha estado esperando aquí, hijo. Pero se ha cansado y se ha ido -Billy miró a Nessie con cariño, pero yo sabía lo que pensaba. Aunque mi padre apreciaba a Nessie, él creía que debía estar más por mis amigos, y más aún por los de mi manada-. Seth dijo que volvería, pero quizá deberías llamarle.
-Si ha dicho que volverá, es que volverá -zanjé el tema. Le hice un jesto a Nessie para que entrara en casa, y yo la seguí ayudando a Billy con la silla.

Jake estuvo un rato hablando con Billy mientras me había dejado en su cama, creyéndome dormida…pero podía oírlos perfectamente, había días que no pegaba ojo y era incapaz de hacerlo mientras no controlara mi situación.

“Papá no puedo dejar a Nessie sóla, ahora no voy a patrullar con la manada ni nada que se le parezca, ella es mi prioridad” –dijo Jake ante las llamadas de atención de su padre, yo sonreí internamente por lo mucho que él me amaba…...pero a la vez otra voz se solapó a la mía, tan fría que me hizo estremecer…”Mi querida Renesmee -dijo meloso- por fin, ahora me vas a servir tanto como he deseado…nuestros Superiores estarán contentos de nuestro trabajo, nuestra recompensa será tremenda, y la tuya…bueno ya la verás”

Entonces no pude más que abrir los ojos aterrorizada, salté por la ventana mientras Jake discutía con Billy y la velocidad de mis pasos hacia la Mansión Cullen fue estrepitosa…rugí a Jake pero fue inútil, mi cuerpo estaba sin control….

Pude sentir el olor de Eva que abría el garaje y me hacía un guiño…me colé dentro de la mansión y cogí el bolso de mi madre, repleto de tarjetas de crédito, y pude oír la discusión de mi familia en la parte de debajo de la casa…¿por qué nadie se había percatado de mi entrada? […]

Entonces me deslicé hacia el garaje…

Acompañé a Nessie a mi habitación para que se tumbara un rato y descansara. Unos minutos después escuché a Billy llamarme y fui hacia la cocina, donde estaba sacando unas cervezas del frigorífico. Dejé a Nessie medio dormida, así que pensé que debía pasar unos minutos con mi padre, al que tenía abandonado últimamente. Preparamos unos sandwiches y me quedé de pie apoyado en la mesa de la cocina mientras hablaba con él. Hasta que la conversación tomó un rumbo que no me gustaba.

-Jacob, hijo, yo solo digo que deberías ocuparte más de la manada... eres un alfa, debes guiarlos y cuidar de ellos.
-Oh, ¡venga ya papá! Ellos pueden cuidarse solos perfectamente, además ahora no debemos defender nada. No de momento...
-Pero es tu manada, y son tus amigos. No olvides eso, Jacob.
-¡No olvido a mis amigos! Pero... papá no puedo dejar a Nessie sóla, ahora no voy a patrullar con la manada ni nada que se le parezca, ella es mi prioridad.
-De acuerdo, hijo, confío en que hagas lo que debas hacer. Solo piensa en ello, ¿de acuerdo?
-Claro papá.

Terminé el sandwich y me dirigí hacia mi habitación. Pensé en tumbarme junto a Nessie, abrazarla y quedarme así con ella durante horas. Por fin podríamos tener algo de intimidad y pasar un tiempo solos, y quería aprovechar eso al máximo, disfrutar cada segundo de ella. Crucé el pasillo y llegué a mi haitación. Abrí la puerta despacio, intentando no hacer ruido para no despertarla. Pero cuando miré al interior Nessie no estaba allí. Fui al lavabo y di unos golpecitos en la puerta.

-(toc toc) Nessie cariño, ¿estás ahí? -como respuesta solo obtuve el silencio, así que abrí la puerta y me encontré con el baño vacío.

Volví a toda prisa a mi habitación y me percaté de que la ventana estaba abierta. "Oh no... ¡no!¡no!¡no! No Nessie, por favor..." pensé mientras el terror y los nervios me invadían y me contraían todos los músculos. Me precipité hacia la ventana y noté el aroma de Nessie saliendo hacia el bosque. Retrocedí dos pasos hacia el interior de la habitación. Me quité el pantalón de Edward y tomé un chándal viejo que había heredado de Billy y que había cortado a la altura de la rodilla, ya que me iban bastante cortos... me até los pantalones al tobillo aprovechando los cordones de la cintura, dejandolos anchos alrededor de mi pantorrilla. Tomé impulso, salté por la ventana y aterricé en el suelo ya en mi forma de lobo.