Consumiendo nuestra última oportunidad...

Embry tenía razón. Por supuesto que la tenía. Nessie y yo no podíamos separarnos, era algo inconcebible, algo completamente imposible. ¿Cómo podía no amarme?¿Cómo podían no ser ciertas todas las cosas que me había dicho antes de intentar alejarme de ella? Todos sus "te amos", todas sus caricias, sus miradas... Habíamos llegado a descubrir que éramos capaces de huir de todo y refugiarnos en un universo paralelo que solo existía entre nosotros. ¿Qué podría competir con eso?¿Unos miserables GAO? Nessie era la bondad y la dulzura personificadas. Qué imbécil había sido... La había arrastrado a su propia muerte creyéndome todas las necedades que me había dicho.

Así que por una vez, dejé que Embry fuera mi Alfa. Él me había ofrecido la última oportunidad de mantener a Nessie a mi lado, y no podía desaprovecharla. Así que me quité los vaqueros y entré en fase para seguirlo de camino a su casa. Solo podía pensar en Nessie. Nessie Nessie Nessie... me repetía una y otra vez, deseando con todas mis fuerzas que aún estuviera en casa de Embry... tenía que estar. Corrí tan rápido como podía y pasé de largo junto a Embry, que aceleró el paso y me siguió, y vi su cabaña frente a mí. Irrumpí en la casa como un huracán y empecé a dar vueltas frenéticamente, gimiendo en un intento de llamar a Nessie.
Pero la voz de Embry sonó en mi mente confirmándome que allí no había nadie.

-No están... no están... ¡Mierda!¡¡Se han ido!!

Salí de la casa a toda velocidad y husmeé el aire. El dulce olor de Nessie entró en mis pulmones y se prolongaba más allá de los árboles.

-Me voy a por ella -dijo Embry mentalmente. Me giré y le vi correr siguiendo las marcas de los pneumáticos del coche de Eva.
-Encuéntrala Embry, de verdad espero que la encuentres. Suerte tío.
-Igualmente Jacob. Pilla a Nessie rápido.

Eché a correr siguiendo el olor de Nessie a través del bosque. El rastro zigzagueaba más de lo normal. Parecía que Nessie estuviera nerviosa, confundida. Como si no estuviera segura de a dónde ir. De pronto el rastro de Nessie que estaba siguiendo se cruzó con otro, también suyo. Paré en seco y husmeé uno y otro varias veces. No podía cometer un error. Si Nessie estaba intentando engañarme, tenía que descubrir cómo. Tenía que encontrarla.
Tras varios minutos decidí que había estado siguendo el rastro correcto. El otro no era tan reciente. Dirigí la mirada hacia la dirección del segundo rastro y entonces reconocí el lugar: era el camino que llevaba a nuestro estanque. Un dolor punzante presionó mi pecho y eché a correr de nuevo siguiendo el primer efluvio. Noté como Embry pensaba en cosas estúpidas e intentaba concentrarse al máximo en el rastro de Eva, y entonces comprendí que no había sido el único que había rememorado los recuerdos del estanque.

-Lo siento... -le dije.
-Tranqui.

Parecía que él estaba teniendo más exito que yo. Estaba siguiendo el rastro del coche a toda velocidad, mientras que yo estaba demasiado nervioso y de vez en cuando perdía el olor de Nessie. Embry captó mis pensamientos e intentó hablarme con calma.

-Sí tío, pero tu sabes que Nessie sigue en el bosque. A mí está empezando a costarme mucho, no entiendo a dónde va Eva. Hacé kilometros que me he alejado de casa de los Cullen... no sé tío. Pero tú sigue, ya la tienes.
-Cada vez me cuesta más... me lleva hacia Port Angeles pero...

Y entonces el olor de Nessie empezó a desvanecerse y otro empezó a eclipsarlo poco a poco. El segundo cada vez se hizo más y más claro, hasta que el de Nessie desapareció y ese olor fue el único que seguía el cámino.

-Eva... -susurró Embry en mi mente.
-Sí -le respondí abatido. Nos la habían jugado bien, nos habían engañado y habíamos caído como un par de gilipollas.

Pude ver mentalmente como Embry daba la vuelta y corría en dirección a mí a toda velocidad. Había pensado en intercambiar nuestras búsquedas, pero no había tiempo.

-No, Embry, síguela. Encuentra a Nessie, por favor... -le rogué.
-¿Estás loco? Solo te escucharía a ti, eres el único que puede pararla. ¡¡Corre hacia aquí joder!!

Le obedecí. Volvía a tener razón de nuevo. Así que di la vuelta y corrí hacia el punto en que se había quedado Embry.

-Eva va hacia Port Angeles -le dije, esperando de corazón que la encontrara.
-Sí lo sé. Creo que Nessie va hacia Seattle, pero no estoy seguro. Sigue desde donde me he quedado.

Leímos nuestra rabia, el uno en la mente del otro, y cruzamos nuestros caminos emprendiendo cada uno una búsqueda aún más desesperada.

La había cagado bien. Había creído que tendría tiempo de avisar a Jacob y volver antes de que Eva y Nessie se fugaran. Pero no lo había conseguido. Tal vez lo podría haber evitado simplemente quedándome lo suficientemente cerca de ellas...
Pero ahora ya no había remedio, lo único que podía hacer era correr y correr tan rápido como fuera capaz y encontrar a Eva a tiempo. Pero cada vez era más difícil seguir el rastro. Solo podía rastrear la estela de su coche, ya que su olor quedaba totalmente atrapado en el interior. Y el rastro del coche se borraba poco a poco con cada metro que avanzaba. Pero me convencí de que la encontraría. Y entonces, cuando estaba seguro de que no podía estar muy lejos de ella, su olor llegó hasta mí.

Pero llegó a través de la mente de Jacob.

El rastro de Nessie había desaparecido, dejando al descubierto quién era la auténtica portadora de ese olor. Jacob había estado siguiendo a Eva, y yo a Nessie. Di la vuelta lleno de furia y corrí hacia el punto en el que se encontraba Jacob.

-No, Embry, síguela. Encuentra a Nessie, por favor... -me pidió Jacob desesperadamente.
-¿Estás loco? Solo te escucharía a ti, eres el único que puede pararla. ¡¡Corre hacia aquí joder!! -le dije, Jacob me obedeció y echó a correr hacia mí.
-Eva va hacia Port Angeles -me dijo afligido. Por un momento había creído que estaba alcanzando a Nessie. Igual que yo había creído que estaba cerca de Eva...
-Sí lo sé. Creo que Nessie va hacia Seattle, pero no estoy seguro. Sigue desde donde me he quedado.

Habíamos perdido un tiempo demasiado valioso y teníamos que recuperarlo como fuera. Corrí con tanta rabia que empezaron a dolerme las patas y gruñí con fuerza debido a la rabia y al esfuerzo.

Después de un tiempo que se me hizo eterno llegué al punto donde se había quedado Jacob. Y allí estaba: el dulce y embriagador olor de Eva, tan reciente que creí tenerla a mi lado. Lo seguí a toda prisa y busqué a Jacob mentalmente.

-¿Lo tienes? -le pregunté y vi que así era. No solo había llegado al punto donde yo me había quedado, si no que lo había pasado y seguía eficazmente el rastro de Nessie.
-La voy a encontrar... La voy a encontrar Embry -me dijo, jurándoselo más a sí mismo que a mí.
-Lo sé.

Seguí corriendo y tal y como Jacob me había dicho, el olor de Eva me llevó hasta Port Angeles. Salí a toda velocidad de los árboles y de repente me topé con una especie de merendero. Al fondo había varias barbacoas fabricadas con piedras ennegrecidas. El lugar estaba vacío. O eso creí yo. En la mesa más cercana, a tan solo un par de metros de mí, un hombre estaba repartiendo una bandeja de carne entre los platos de su mujer y sus dos hijos gemelos, de aproximadamente unos 6 o 7 años... El niño sonrió de oreja a oreja y dijo "guaaay", mientras que la niña profirió un grito agudo que acojonó hasta a su madre. Empezaron todos a chillar como locos y yo volví a meterme entre los árboles deprisa, dando un rodeo y corriendo de nuevo hacia un lugar cubierto.

-Mierda... -pensé con rabia a la vez que Jacob se rió a carcajadas mentalmente-. ¿Quiere eso decir que lo llevas bien?
-Mejor de lo que esperaba.

Y era cierto. Estaba siguiendo el rastro mejor de lo que yo lo había hecho, pero era de esperar. Jacob era el mejor lobo.

-No seas pelota...
-Cállate.

Divisé los primeros edificios de Port Angeles a pocos metros. El olor de Eva seguía siendo fuerte, y miré al frente. Ella había entrado en el centro comercial, donde habíamos estado un par de veces.

-Ya la tienes.
-Sigue en ello, te queda poco.
-Suerte.
-Suerte.

Salí de fase y me puse los vaqueros que llevaba atados al tobillo antes de echar a correr hacia el centro comercial.