Aguantando la desquiciante espera

Crucé el límite entre vampiros y licántropos y en menos de un parpadeo vi los primeros edificios de la reserva a pocos metros. Me detuve un momento para volver a mi forma humana y ponerme los pantalones. El número de Alice estaba un poco borroso, pero seguía entendiéndose perfectamente. Seguí corriendo hacia mi casa, esta vez a dos piernas, y llegué en un momento. Entré con la respiración acelerada por los nervios y el cansancio.

-¡Hola! -grité cruzando la puerta. Billy debía estar atónito, Nessie y yo habíamos desaparecido por la ventana sin decirle nada, solo unos minutos después de llegar- ¿Hola?¿¿Papá??

Pero no obtuve respuesta. La televisión estaba apagada, igual que la luz de la cocina. Billy no estaba en casa. Corrí hacia el teléfono para llamar a Alice y me detuve a medio camino cuando vi una larga nota de Billy sobre la mesa de la cocina.

"Ha sonado el teléfono pero no he llegado a cogerlo. Más tarde han vuelto a llamar y era Seth, supongo que la primera llamada también sería suya. Llámale Jacob, por favor. Estoy viendo el partido con Charlie. Me encantan vuestras escapadas románticas al estilo quinceañeros reprimidos por sus padres. Os doy permiso para utilizar la puerta la próxima vez. Llama a Seth."

Imaginé a mi padre diciendo aquello con su tono irónico y no pude evitar sonreír. Deseé que lo que había pasado hubiera sido una escapada romántica al estilo quinceañeros. Pero no iba a llamar a Seth, debía mantener el teléfono libre, y además tenía una llamada más importante que hacer.

FUERA DE POST:(TE HEMOS LLAMADO para decirte donde esta Nessie, va camino a Italia en un avión, vete buscando billetes jejej)

Dejé la nota de nuevo sobre la mesa cuando sonó el teléfono. Me precipité sobre él, casi tirándolo al suelo y descolgué.

-¿Alice?
-Soy Seth, idiota. Por fin en casa ¿eh?¿qué haces?... Oye Leah está muy pesada... he pensado en ir a ver el partido contigo, si quieres puedo llevar...
-Seth no puedo hablar -le corté de forma seca- estoy esperando una llamada. Te llamo más tarde. Adiós.

Colgué sin escuchar su respuesta y antes de que pudiera volver a descolgar para marcar el número de Alice volvió a sonar el teléfono.

-¿Alice? -repetí al descolgar el auricular.
-Hola Jacob -esta vez sí que era la voz de Alice.
-Alice no he encontrado nada en el bosque... ¿Tú has visto algo?

Alice me explicó que había visto poco, pero lo suficiente para saber que Nessie y Eva se dirigían a Italia. En seguida pensé en Volterra y me desquicié aún más: sabía poquísimo sobre aquél lugar, y de lo único que me sonaba era de cuando los Cullen lo habían nombrado en relación a los Vulturis.

-Alice, ¿has visto Volterra?
-No, pero lo más probable es que se dirijan allí.

Cuando colgué me dirigí al salón y busqué la guía telefónica. La encontré en un cajón, estaba llena de polvo, ya que no la usábamos nunca. La abrí y empecé a buscar números de teléfono: de aeropuertos, compañías aereas, agencias de viajes... Estaba tan nervioso que no sabía a donde llamar.
Finalmente reservé un billete para Italia saliendo de Seattle esa misma noche, y volví a llamar a Alice.

-Jacob.
-Sí, Alice. Me voy a Italia. Esta noche. Tal vez Bella quiera acompañarme, estará histérica... dile que estaré en el aeropuerto de Seattle a las once en punto. O tal vez antes. Si quiere venir solo tiene que buscarme.

Acabé de explicarle los detalles del vuelo a Alice y colgué el teléfono.

No conseguía quitarme los nervios de encima, ni la impotencia, la rabia y la desesperación. Ni la tristeza. Me dirigí al baño y me di una ducha rápida. Al verme reflejado en el espejo vi que tenía un aspecto extremadamente serio: la arruga de mi frente era imborrable y el cansancio empezaba a dibujarse en mis ojos. La ducha no consiguió relajarme. Me vestí bien por primera vez en muchas horas, con unos vaqueros, una camiseta, una sudadera con capucha y las bambas con las que mejor corría, a parte de descalzo. Volví a la cocina y comí un poco de todo lo que encontré: sobras de chuleta, pasta y queso de la nevera. Me bebí un refresco de un trago, e incluso me comí una manzana. Miré el reloj y me impacienté, aún tenía horas para perder el tiempo mientras Nessie caminaba hacia lo que podía ser su... no quise pensarlo. Me senté incómodo en una silla de la cocina y empecé a mover nerviosamente las rodillas. Miré el reloj y no parecía que el tiempo pasara. Decidí llamar a Seth, tal vez eso me distrajera un poco.

-¿Diga? -no era la voz de Seth.
-Hola, Sue. Soy Jacob. ¿Tienes a Seth por ahí?
-¡Hola Jacob cariño! ¿Cómo estás? En seguida te paso a Seth. -esperé un momento y escuché la voz de Seth.
-¿Qué pasa tío?
-Oye Seth, perdona que te colgara antes, escucha...

Le expliqué lo que había pasado saltándome todos los detalles, por supuesto. Le dije que debía irme y que esperaba volver pronto, y le pedí por favor que no dijera nada.
Tras hablar un rato con Seth parecía que me había calmado un poco. Pero esa pequeña calma no duró más que unos segundos. Miré el reloj de la cocina y aunque era muy pronto, decidí salir de allí cuanto antes. Mi coche seguía frente a la puerta, donde lo había aparcado con Nessie.
Nessie... La posibilidad de perderla me superaba. Sin ella yo no habría tenido ningún motivo para seguir viviendo. Mi Nessie...
Salí de casa, me subí al coche y arranqué.