echando chispas y no de amor +18

Me arrodillé junto a Eva y la abracé sobre mi pecho, besándola en el pelo y acunándola entre mis brazos.

-No debería tener tu comprensión Embry, me estabas besando y deseé los labios de otro no lo entiendes!!!

Mis brazos se aflojaron a su alrededor como movidos por voluntad propia. La había perdido definitivamente. Ella nunca había sentido por mí lo mismo que yo por ella, tal vez yo le había gustado, se lo había pasado bien conmigo y había disfrutado de su aventura durante su visita a Forks. Pero nada más.

La imprimación no siempre tenía porqué corresponderse, yo podría haberme imprimado de Eva, pero ella podía elegir si quería estar conmigo o ser libre. Y ya había elegido. Ahora se marcharía, enamorada de otro y dejándome a mí solo para siempre. Y dedicaría su amor, sus caricias, y sus besos a la piel de otro tío...

La miré fijamente sintiendo como cada vez me costaba más respirar y sentía una presión en mi pecho que empezaba a dolerme insoportablemente. Era como si me hubieran estampado un puño de hierro en medio del pecho, rompiéndome todas las costillas y arrancándome el corazón. Era cuestión de segundos que empezara a sangrar descontroladamente...

Eva se levantó y se alejó de mí, pero yo no fui capaz de seguirla, ni de mover un solo músculo mientras ella se marchaba. La observé antes de que desapareciera de mi vista, cruzando la puerta de mi habitación. Volvía a ser mi habitación. Qué asco me daba todo lo que ahora fuera mío y no nuestro...

Y entonces me sentí como un idiota. ¿Cómo no lo había entendido antes? Recordé todo lo que había pasado en casa de Jacob... como Eva se había lanzado a su cuello, y como Jacob me explicó después lo que había pasado, lo que Joel le había hecho...

Me obligué a levantarme del suelo y entré en la habitación. Eva estaba tumbada sobre la cama con el rostro hundido en la almohada y su cuerpo temblaba por los espasmos que le provocaba el llanto. Andé despacio hacia ella y me tumbé a su lado, el colchón se hundió y Eva rodó hasta apoyarse en mi pecho. Me miró sorprendida y yo la rodeé con mis brazos.

-Jacob, ¿no? -le susurré mirándola a los ojos. Eva lloró con más fuerza y se aferró a mi cuello para besarme con impaciencia. Intenté devolverle los besos, pero no podía dejar de pensar en que ella deseara los labios de Jacob y no los míos. ¿Porqué precisamente Jacob?...

-Lo siento, te amo tanto.... no puedo soportar sentir esas cosas, me siento sucia, una cinica y una hipocrita..... lo lamento tanto ojala pudiera hacer que esto no me pasara, no lo soporto, odio ser debil odio hacerte pasar por esto por mi culpa, tendría que desaparecer, tedría que irme lejos par ano volver a hacerte esto nunca más...quiero que se vaya de mi mente, quiero que se mmuera y que me deje en paz.

Apoyé la yema de mis dedos sobre sus labios para interrumpirla y ella me miró, cerró los labios y volvió a abrirlos como si disfrutara del roce de mis dedos sobre sus labios, y aquel gesto aún perforó más profundamente la herida de mi pecho...

-Deja de llorar y de culparte. No ganas nada con eso. Te voy a pedir una última cosa y después serás libre de elegir. Te prometí que estaría a tu lado siempre que tú lo quisieras así, y eso es lo que voy a hacer. Solo quiero pedirte que ahora seas sincera conmigo, más que nunca. Sé sincera y punto, y si hace falta no volveré a meterme en tu vida -le dije lleno de miedo, pero consciente de que ella podría contestarme cualquier cosa-. ¿Me amas realmente o he sido un capricho para ti?

Eva me miró como si le horrorizara mi pregunta, pero yo seguí con mis ojos clavados en los suyos, esperando la respuesta que me separaría de ella para siempre.

-¿Un capricho?... -me dijo con un hilo de voz-. Embry te quiero más que a nadie en este mundo. Te amo con toda mi alma cariño...

Apoyó una mano en mi mejilla y acercó sus labios a los míos, pero la frené intentando no ser grosero y la humedad sus ojos aumentó. Me estaba sintiendo fatal con todo aquello, pero necesitaba saber qué iba a pasar antes de ilusionarme una vez más con sus besos, si después me los iba a arrebatar de golpe.

-Pero también amas a Jacob.
-¡¡NO!! -exclamó ella y apretó sus manos en mis mejillas. Cerré un segundo los ojos y después volví a mirarla fijamente-. No, no, no Embry... no lo amo, no soy yo, es Joel. Joel me obliga a desearlo...
-Ya lo sé, me lo explicó todo Jacob el día que te lanzanste sobre él en su casa.
-¿Y si sabes lo que me está pasando, entonces porqué crees que lo amo? -su voz cada vez parecía más horrorizada y en ese momento empezó la cuenta atrás. Tres. Dos. Uno... y el dolor aumentó hasta que la sangre se empezó a desbordar directamente del hueco que había dejado mi corazón.
-No te hablo de lo que te hace o no te hace Joel. Independientemente de él, necesito saber si me amas de verdad, solo a mí, o si también amas a Jacob.

-Embry... yo te amo cómo jamás he amado a nadie, eres la razón de mi existencia. Tu me completas y yo sólo soy, si tu estas conmigo. Mi alma es parte de la tuya. Si tu me faltas es como vivir sin sol. Todo esta muerto si tu me faltas. Por favor creeme si te digo que te amo SOLO y hasta lo más hondo de mi ser a tí, y sólo a ti.

La miré fijamente y supe que decía la verdad, que Eva me hablaba de corazón. Me sentí sumamente culpable por haber dudado de ella, por haberle hecho tanto daño. Encima de que estaba sufriendo todo lo que ese hijo de puta le estaba haciendo, yo no le daba el apoyo que necesitaba por mi parte. ¿Quién sería peor para Eva, Joel o yo?

Eva agachó la mirada y yo noté como mis manos empezaban a temblar, pero no de rabia ni de la forma en que lo hacían justo antes de entrar en fase. Mis manos temblaban levemente, al igual que mi barbilla, y noté como mis ojos empezaron a humedecerse, fruto de la tristeza y a la vez la felicidad de saber que Eva me amaba a mí. Pero sobretodo, fruto de la culpa por haber dudado así de Eva, por hacerle tanto daño...

Y por primera vez en muchísimo tiempo, sentí frío. Mucho frío. Mi cuerpo había sido consciente de que tal vez nunca más volvería a abrazar a Eva, y aquello había sido como perder todo el aliento de vida que me quedaba. Pero ahora la tenía frente a mí, declarándome que me necesitaba a su lado para siempre, casi tanto como la necesitaba yo a ella. Y mi cuerpo necesitaba sentir el roce de su piel para volver a la vida. La sangre dejó de brotar de mi pecho a la vez que mi corazón me reveló que seguía allí, latiendo débilmente. Moví mis manos lentamente hasta apoyarlas en sus rodillas, las deslicé despacio por sus muslos hasta su cintura y pasé los brazos alrededor de su cuerpo hasta cruzarlos en su espalda. El contacto con ella me llenó los pulmones de aire y tuve que pestañear y respirar con fuerza para contener las lágrimas. La abracé por la cintura y me agaché hasta apoyar la mejilla sobre sus piernas. De pronto noté el tacto de sus manos sobre mi pelo y mi espalda, y mi respiración se hizo más dificultosa mientras intentaba mantener la calma. Me acerqué más a ella, necesitaba estrecharla entre mis brazos y saber que era real, que Eva estaba conmigo. Me sentí increiblemente bien cuando ella me devolvió el abrazo y deslizó sus brazos y sus piernas hasta acomodarse sobre las mías. La abracé con fuerza y hundí el rostro en su cuello, desesperado por sentir realmente el tacto de su piel sobre la mía.

-Perdóname mi amor... -le susurré con dificultad-. Nunca me había sentido así, eres... eres mi vida, yo no puedo estar sin ti Eva, no puedo... Y Jacob es como un hermano para mí y... no podía soportar pensar que...

No pude seguir hablando y abracé a Eva más estrechamente, abriendo mis manos en su espalda para rodearla lo máximo posible. Busqué su boca y la besé despacio, frustrado por no poder demostrarle con ese beso todo el amor que sentía por ella.

-Lamento todo por lo que te hago pasar -me susurró Eva mirándome a los ojos. Sellé sus labios con un dedo pero ella lo besó cogiendo mi mano entre las suyas, y dejó que mi mano se deslizara hasta apoyarse en su cuello-. Alejame de él. No dejes que vuelva a suceder. No me sueltes en su presencia o encierrame en tu habitación, atamé a la pata de la cama, lo que sea!!!, pero no me permitas volver a probar sus labios. Por favor. O me volveré loca. El es tu mejor amigo y yo soy tuya, SOLO TUYA, ENTERA TUYA y odio su tacto sobre mi cuerpo. Quiero que seas tú quien me bese cada dia de mi vida, quien roce de esta menra mi piel, quien me haga respigarme con su aliento y gemir de placer. Tienes que librarme de esto amor, porfavor, haz que se acabe pronto.

La miré con tristeza y acaricié su mejilla con el dorso de mi mano. Dibujé el contorno de sus labios con el dedo pulgar, y la besé con ternura.

-Ven aquí... -le susurré abrazándola y tumbándome en la cama, ella se tumbó frente a mí, utilizando mi brazo de almohada y yo le acaricié el pelo-. No te preocupes por nada cariño. Si vuelve a pasar, te prometo que estaré a tu lado. No sabes cuánto siento haberte golpeado la última vez... Eva yo no puedo alejarte de él, no creo que sea lo más acertado... -ella me frunció el ceño y me miró fijamente-. No, escucha. Tal vez alejarte del problema no lo solucione. Estoy seguro de que Jacob te quiere mucho y nunca dejaría que te pasara nada malo, y seguro que también le duele que pase esto. Y no quiero ni imaginarme a Nessie... Creo que los cuatro deberíamos luchar contra esto. Si nos alejamos será mucho peor cariño, creo que eso es precisamente lo que esos GAO quieren.

La besé en los labios y apoyé una mano en su espalda para atraerla hacia mí hasta que su cuerpo chocó con el mío. Deslicé mi mejilla por la suya y cerré los ojos suspirando.

-Te prometo que no me separaré ni un segundo de ti, y que acabaré con esto. Te lo juro cariño, te juro que haré lo que sea por mantenerte a salvo y hacerte feliz.

Eva marcó el número de Jacob y se llevó el teléfono al oído. Me dolía muchísimo acordarme de cómo Eva se había lanzado a su cuello, de como lo había besado... Pero no había sido ella, ésa no era Eva. Y Eva Swan me amaba a mí, me amaba...
Así que tenía que intentar aguantar mis estúpidas rabietas que no llevaban a ninguna parte, e intentar que la relación entre Eva y Jacob se normalizara. Ellos habían sido amigos, buenos amigos, antes de que yo llegara y me apoderara de Eva y de su corazoncito... Y Jacob era un tío de puta madre, era practicamente mi hermano, y no podíamos dejar que esos cabrones nos distanciaran a los unos de los otros. Así que tenía que intentar quitar hierro al asunto y hacer que todo fuera lo más normal posible. Y sobretodo, debía aguantar y callar si alguna vez me sentía celoso...
Y hacer que Eva llamara personalmente a Jacob, me parecía una buena forma de empezar.

La observé mientras ella escuchaba los tonos del teléfono, a la espera de que Jacob contestara. Se mordía el labio y repiqueteaba sus dedos sobre mi pecho. Mantuve mis brazos alrededor de su cintura y acaricié lentamente su espalda y su vientre, memorizando su tacto y su calor en la yema de mis dedos. Me acerqué a ella y recorrí su brazo con mi nariz, inhalando su dulce olor, hasta llegar a su hombro donde la besé con ternura. Ahora estaba más cerca de su oído y pude escuchar la voz de Jacob a través del teléfono.

-¿Diga? -pronunció su voz ligeramente distorsionada. De golpe Eva retiró el teléfono y lo puso sobre mi oído.
-¿Qué haces? ¡Contesta, tonta! -le susurré casi sin voz, intentando animarla. Eva negó con la cabeza y dejó el móvil sobre mi pecho.
-¿Hola? -cogí el móvil y bufé, pero estreché más fuerte a Eva, tumbándola sobre mi pecho y acariciando su espalda.
-Eh tío, soy yo...
-¡Embry! ¿Estás con Eva?¿Está contigo?¿Estais los dos bien? -soltó Jacob de golpe y yo sonreí.
-Sí, la pequeñaja está aquí conmigo, tan cabezota como siempre... Estamos bien. ¿Y tú?¿Estás con Nessie?
-Sí sí, también está conmigo. Está bien -me dijo Jacob en un tono muy serio-. Oye, tiene ganas de ver a Eva, ¿teneis algo que hacer ahora?.
-No, te llamaba por eso, Eva también quiere ver a Nessie. En un rato vamos, ¿vale?
-Ya vamos nosotros, tenemos el coche de Eva.
-Guay, aquí os esperamos.
-Hasta ahora.

Jacob colgó. Dejé el móvil de Eva sobre la mesilla y la miré a los ojos.

-Qué tonta eres Eva... Si tú estás segura de tus sentimientos, no dejes que ese Joel juegue contigo. Ven, amor... -apoyé mis manos en sus axilas y tiré de ella hasta que sus labios estuvieron a la altura de los míos. La besé y rodé sobre mi cuerpo hasta posarme encima de ella, sin dejar de besarla. Saboreé sus labios antes de descender dibujando su mandíbula y su cuello con mis besos, y apoyé todo mi peso sobre un codo, estrechándola contra mí con el otro brazo-. No te pongas nerviosa ¿vale?. Voy a encadenarte a mí.

Le sonreí con tristeza y hundí mis dedos en su pelo para besarla una vez más.

-Mi amor, Jacob no me pone nerviosa. Tu si que me pones nerviosa... Odio tristeza en tu cara, y más cuando yo la provoco.

Eva me acarició el rostro despacio, y siguió bajando por mi cuello, mis hombros, mi pecho y mi vientre. Ella sí que me ponía nervioso, muy nervioso...

-Te equivocas cariño -le susurré deslizando mis dedos por su espalda-. Tú me haces realmente feliz.

Nos miramos fijamente, sin decir una sola palabra más, solo acariciándonos lentamente, deslizando los dedos por cada curva de nuestros cuerpos, fundiéndonos cada uno en la mirada del otro, y maldiciendo la ropa cuando nos dificultaba sentir directamente el calor del otro. En ese momento me hubiera gustado saber qué estaba pensando Eva, y si al igual que yo, sentía ese momento tan íntimo como uno de los mejores de su vida. Era como si nos hubiéramos abrazado por primera vez, como si nuestros cuerpos nunca se hubieran rozado antes, y al hacerlo en ese primer momento descubriéramos todo un mundo de sensaciones extremadamente placenteras que jamás podríamos haber imaginado. No conseguía separar mis dedos de su piel, ni mi mirada de la suya. En ese momento pude sentir que realmente tenía a Eva, que esa mujer tan increiblemente maravillosa era real, y me quería. Ni siquiera el mejor sueño habría superado aquello.
El momento mejoró aún más cuando Eva me premió con su voz musical que tanto me fascinaba...

-Contigo me siento capaz de superar cualquier cosa. Te quiero. y.... creo que deberias vestirte, no quiero que Nessie se tire sobre tí y menos con razón.
-Yo también te quiero Eva, y no pienso dejar que Nessie me toque.

Sonreí sinceramente por primera vez en lo que me pareció mucho tiempo. Eva me devolvió la sonrisa y yo la besé muy lentamente, cerrando los ojos y sintiéndola en todo mi ser. Cuando separé mis labios de los suyos ella mantuvo los ojos cerrados un segundo y respiró profundamente. Sonreí y la abracé apoyando una mejilla en su hombro a la vez que ella me rodeó con sus brazos.

-Vístete... -me susurró en tono maternal.
-Jummmm... -me quejé inhalando su olor-. Solo un poco más, por favor...

Me quedé tumbado junto a ella, abrazándola y deseando que aquel momento fuera eterno. Si la felicidad absoluta existía, esa era la mía.

-Va, seguro que están a punto de llegar -me apremió ella.

Gruñí a modo de queja y la besé una vez más antes de levantarme a regañadientes. Ella me observó mientras buscaba entre los cajones y el armario. Opté por unos vaqueros cortados a la altura de la rodilla y una camiseta negra sencilla, un poco estrecha pero cómoda. Me estiré y volví a arrastrarme hacia la cama, pidiéndole a Eva solo un minuto más de sus tiernos y dulces abrazos.

Me di prisa para volver junto a Eva y ella me recibió abrazándome sobre su pecho. Me acurruqué entre sus brazos, rodeándola con los míos, y ronroneé acomodándome en el lugar más confortable de mi mundo.
Cuando empecé a acariciar a Eva bajo su camiseta ella me frenó con la excusa de que llegarían Jacob y Nessie. Y en el fondo tenía razón, si empezaba a acariciarla y a sentir su piel sobre la mía, no podría frenar...
Hice un gesto de resignación y me dejé caer sobre el colchón, separando mis manos de su piel muy a mi pesar...

-Vale... vale... No te toco -le dije suspirando, y Eva se echó a reír. La miré divertido y ella se recostó sobre mí, rodeando mi cuerpo con un brazo sobre mi pecho y una pierna sobre mi vientre. Eva podía ser tan perversa... siempre hacía aquello que menos me ayudara a controlarme.
-Sabes que era broma, puedes hacer conmigo lo que te de la gana, soy tuya, simpre tuya -me susurró y me besó apasionadamente.

La abracé hasta tumbarla totalmente sobre mí y la estreché contra mi pecho. Eva separó las piernas, colocando sus rodillas a cada lado de mi cintura, y cruzó los brazos detrás de mi nuca para mantenerme pegado a sus labios. Apoyé mis manos en sus caderas y estreché su cuerpo contra el mío mientras me sumergía en sus besos.
Respiré aceleradamente y alargué la mano hasta alcanzar el móvil de Eva.

-¿Qué haces? -me preguntó en un susurro.
-Llamar a Jacob para que vengan más tarde, mucho más tarde... -Eva me miró contrariada y se mordió el labio, la miré a los ojos y volví a dejar el móvil sobre la mesilla-. Vale, lo sé... yo también estoy preocupado por Nessie y quiero verla. Pero entonces porqué me haces esto, jooooooo -me quejé en tono infantil y me reí, besándola de nuevo con impaciencia.

Introduje una mano bajo su camiseta despacio hasta rozar el borde de su sujetador en su espalda. Deslicé mi mano por su costado y la apoyé con ternura sobre su pecho. Eva me mordió el labio y yo apoyé la otra mano en su espalda para sentir su cuerpo contra el mío. Eva deslizó una mano por mi torso hasta llegar a la cintura de mis vaqueros, intentó introducir la mano en ellos y yo sentí como mi cuerpo entraba en efervescencia. Me obligué a actuar razonablemente y la frené cogiendo su mano entre las mías.

-Para... -jadeé con timidez al notar el sofoco en mi voz-. Para por favor, o no podré frenar...

CORTE A LOS TORTOLITOS:

Vidafine´s sms to Eva The Pepinon´s imprimated:

"Eva estoy bien, perdoname por ponerte al límite. Te lo compensaré. Tengo que hablar contigo de algo importante, vamos a cenar y salimos para allá. Te kiero. Un beso para los dos."

Miré a Eva mientras ella leía el mensaje de su móvil. Intenté controlar mi respiración pero no tenía la suficiente fuerza de voluntad para separar mis manos de su piel...

-Es Ness... -me dijo Eva dejando de nuevo el móvil sobre la mesilla-. Cenan y se viene...¿crees que seras capaz en 20 minutos amor?

Me miró con aquellos ojos de pantera, llena de deseo y picardía, mientras deslizaba lentamente un dedo por su pecho, y yo no pude resistirme. Me incorporé de golpe y la besé totalmente enloquecido. Le quité la camiseta de un tirón y hundí mi rostro entre sus pechos mientras le desabrochaba el sujetador con ambas manos. Cuando lo conseguí llevé rapidamente mis manos hacia el botón de sus vaqueros y le arranqué el sujetador con la boca. Eva se echó a reír nerviosa al ver mi impaciencia, pero yo no frené, tal y como ella me había pedido. Me quité la camiseta deprisa y me levanté de la cama llevándome a Eva en brazos. Tiré de sus pantalones y Eva se aferró a mi nuca ante todo aquel zarandeo. La dejé en el suelo y la empujé suavemente hacia la puerta, que se cerró tras nuestro peso. Estampé mi cuerpo contra el suyo y Eva respiró con fuerza entre mis labios a la vez que me desabrochaba los vaqueros y los dejaba caer al suelo. Pataleé y los lancé lejos, y pronto las manos de Eva se deshicieron de mi boxer. Le quité el culot precipitadamente y Eva volvió a reirse ante mi desesperación. Sabía que estaba actuando salvajemente con ella, pero no podía más, necesitaba hacerla mía justo en ese momento, deseaba fervientemente sentirla de nuevo y amarla como nunca...

Me arrodillé frente a ella y besé su vientre descendiendo poco a poco. Hundí mi rostro entre sus piernas y Eva jadeó tirándome del pelo. Cuando susurró mi nombre y noté la humedad sobre mis labios supe que me deseaba justo en ese momento, así que me incorporé y susurré su nombre entre sus labios antes de levantarla y acomodarla sobre mi cintura, besando sus pechos con ternura.

Eva me había vuelto completamente loco. Siempre que hacía el amor con ella intentaba tratarla con ternura, demostrarle todo mi amor y ocuparme de que ella disfrutara al máximo. Pero esta vez no podía controlar mi lado salvaje. Solo deseaba hacerla mía, estaba fuera de control y quería oírla gritar de placer. Me moví furiosamente en su interior mientras Eva se arqueaba entre mis brazos y no dejaba de gemir. Escuché como se escapaban de mi pecho auténticos gruñidos y bufidos, más intensos con cada envestida, y por un momento sentí que le estaba haciendo el amor de una forma demasiado bruta, pero nunca había visto a Eva disfrutar así, y eso me ponía aún mucho más. Apreté una mano en su espalda para entrar aún más en ella y Eva gimió con fuerza. Apenas rocé mis labios con los suyos, pero sentí como nuestra respiración acelerada se mezclaba a través de nuestra bocas abiertas. Aumenté el ritmo y la intensidad, y en un nuevo arrebato salvaje apoyé mis labios en su hombro y la mordí en un intento de devorarla completamente.

-Embry, no pares por favor -me suplicó entre gemidos, llevándome aún más hasta el límite, provocando que mi cuerpo se moviera más deprisa en su interior-. Te quiero... -susurró en mi oído y yo busqué sus ojos con los míos. Nos miramos fijamente mientras yo seguía dándolo todo.
-Te quiero Eva -le dije mirándola a los ojos. Noté como su cuerpo me suplicaba que le diera más placer, y la envestí por última vez, con fuerza y profundidad.

Eva gimió casi a gritos y yo noté como mi garganta gruñía con mi voz de lobo. Eva apoyó su frente contra la mía y unos segundos después aflojó su abrazo a mi alrededor. La mantuve agarrada sobre mi cintura y la besé en los labios, esta vez con ternura. Di unos pasos hacia atrás y me dejé caer de espaldas sobre el colchón, manteniendo a Eva entre mis brazos y tumbándola encima de mí.

-Aaaahhhh... ¡joder! -jadeé extendiendo mis piernas y mis brazos sobre el colchón. Respiramos con fuerza y yo noté como si tuviera un cuerpo nuevo. Me sentía increiblemente relajado. Había sido una pasada...- Eva... eres la ostia, en serio.

Eva soltó una risita silenciosa y apoyó sus manos, cerradas en dos puños, sobre mi pecho, para luego apoyar la barbilla sobre ellas. Me miró con aquellos ojos brillantes que me hacían sentir profundamente feliz, y me sonrió.

-Te amo cariño -le susurré mirándola a los ojos y acariciándole el pelo.

De golpe escuchamos un coche derrapar frente a la casa, y nos enderezamos sobresaltados. Miré el reloj un segundo, y volví a mirar a Eva.

-¿No habías dicho 20 minutos? -Eva se encogió de hombros y se levantó de un salto, recogiendo toda la ropa velozmente. Me lanzó toda mi ropa y empezó a ponerse la suya. Antes de que pudiera darme cuenta ya llevaba la ropa interior y se estaba subiendo los vaqueros. Qué poco había durado todo en realidad...

Me vestí deprisa y fui hacia ella, la abracé por detrás y le susurré al oído.
-Hora de volver a la cruda realidad, supongo... -la giré y la miré fijamente. Estaba más guapa que nunca-. ¿Has disfrutado?

Eva se sonrojó y me dio un suave beso en los labios.

-Ha sido increíble...
-Entonces habrá que repetir -le dije con una sonrisa pícara y la cogí de la mano para ir en busca de Jacob y Nessie.