echando chispas y no de amor +18

-Cariño... es por ahí.-me giro en dirección opuesta a la que iba y sus manos hicieron que mi cuero se estremeciera solo del roce.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mierda!!!!!! pensé y gruñi en voz alta, Embry continuo con sus risotadas y mi enfado seguía en aumento.

-Si crees que me daría igual que Jacob se suicidara o algo así... estás muy equivocada. Pero simplemente, lo entiendo. Imagínatelo de esta forma... para nosotros, tú, Nessie, Emily para Sam, Claire para Quil... sois como nuestros cimientos. Nuestro pilar. Sin vosotras no podemos mantenernos en pie, y si desapareceis, nos desmoronamos. Es simple. Y aunque no te guste... yo tampoco voy a vivir sin ti. Patéame el culo en la puerta de San Pedro o úsame de saco de boxeo si no te gusta, pero es así cariño.

Oh geniallll el martir EMbry ha hablado....Tssssss. Sus palabras empezaban a cabrearme y mucho.

-Eh cariño, no te preocupes. He dormido, me he pegado el primer atracón del día, y ahora puedo pensar con mucha más claridad... Y te aseguro que ni a Nessie ni a Jacob les va a pasar nada malo. Todos estaremos bien, te lo prometo.

-Pero tu es que eres idiota o que te pasa -chille revolvinedome entre sus brazos- tú tú tú tú, tú y Jacob y Sam... o que importante que es lo que sentis...-dije llena de furia aún entre sus brazos que no me soltaban ni a la de tres y él sonreia con esa travesura de niño pequeño que tanto me gustaba-¡¡¡¿¿¿y que hay de lo que yo siento!!!??¿¿ o lo que sinete emily o Nessie??¿¿ eso no importa verdad??. Claro cómo va importar si ahora la imprimación solo es unilateral.-bufé y el me beso para calmarme de nuevo, me apartñé de su roce y le señalé con dedo acosador- Si tu mueres por mi culpa jamás volveré a verte, porque si me haces responsable de tu muerte no podré ir al mismo lugar que tú. Eres un egoísta.

Me zafé de su abrazo y me metí en casa cerrando de un portazo.
Fuí a la habitación y comencé a adecentarla y ordenarla para que la rabia no explotará en mi cerebro.

Cuando Eva entró en la casa aún cabreada conmigo, permanecí un minuto sentado en el banco. Algo me decía que aquel iba a ser un día hermoso y tranquilo. Sin duda...

Entré en casa y fui directamente hacia mi cuarto. Eva se movía como un torbellino recogiendo la habitación. En lo que había tardado en entrar, Eva había subido el colchón a la cama y estaba colocando bien las sábanas.

-Deja eso Eva.
-¿Ahora te molesta que toque tu habitación o qué? -me dijo con rabia, sin separar la mirada de las sábanas.

Abrí el primer cajón del armario y cogí unos boxer negros limpios.

-Es nuestra habitación. Y solo digo que no tienes porqué hacerlo... -busqué inutilmente su mirada y suspiré-. Voy a darme una ducha.

Salí de la habitación y fui directamente al baño. Estaba muerto de calor, así que me quité los vaqueros y me di una ducha fría. Me preguntaba qué era lo que estaba haciendo mal con Eva... yo nunca había estado enamorado antes, y no sabía como esperaba ella que la tratara en cada momento. Pero intentaba hacerlo lo mejor que podía. Y aún así, me daba la impresión de que no dejaba de cagarla. Con Eva sentía que a menudo era mejor cerrar el pico... Estaba seguro de que era cuestión de tiempo -de poco tiempo-, que Eva se cansara de mí y me mandara a la mierda...

Salí de la ducha, me sequé y me desenredé el pelo. Me lavé los dientes y me puse los calzoncillos limpios, y fui a la cocina. Eva estaba allí limpiando la mesa.

-Cariño ¿qué haces? El servicio de limpieza que contrató Alice estuvo aquí ayer... ¡La casa brilla! -Eva siguió ignorándome, se giró y abrió el grifo-. Vale, como quieras...

Abrí el frigorífico y cogí una lata de coca-cola. Lo único que podía hacer durante el día era esperar noticias de Jacob, así que volví al comedor y dejé la lata sobre la mesa frente al sofá. Volví a mi habitación y eché un vistazo rápido a los cd's. Encontré el que buscaba a la primera. Rage Against The Machine. En la portada aparecía un tío calvo recibiendo una llamarada en plena cara. ¡Menudo discazo!... Lo puse en la minicadena del salón y me senté en el sofá, abrí la lata de coca-cola y empezó a sonar "Bombtrack", el primer temazo donde la voz de Zack de la Rocha era la guinda del pastel. Me tumbé en el sofá y apoyé una pierna sobre la mesa, dispuesto a no decir nada más que desatara la furia de Eva...

Me encantaba notar cómo me hundía poco a poco en el sofá. Di el úlimo trago de coca-cola y dejé la lata vacía sobre la mesa, y cerré los ojos mientras Timmy me deleitaba con su slap en "Take the power back".
Un ruido de cristales me llegó desde la cocina. Me levanté de un salto y me planté junto a Eva, que tenía la mano bajo el grifo y había teñido el fregadero de rojo. La cogí suavemente del brazo para acercar su mano hacia mí e inspeccionar la herida.

-Quita que estoy bien.
-Dejame ver que te has hecho Eva -le pedí acercándome a su mano.
-Au, no lo toques me duele Embry -se quejó, pero tomé su mano entre las mías y miré la herida frunciendo el ceño. Tenía un pequeño cristal incrustado, y se lo saqué intentando rozar lo mínimo posible la herida.
-¿Tanto te duele? -le pregunté al levantar la mirada y ver que Eva se había puesto a llorar.
-No me duele no digas bobadas.

Eva apartó su mano de las mías y me dio la espalda, cogiendo un trapo y envolviéndose la mano. Tal y como había esperado, Eva no iba a ser precisamente amable conmigo ese día. Todo estaba siendo demasiado duro para ella, y estaba cabreada conmigo. Así que lo mejor que podía hacer era dejarla en paz...
Di un paso en dirección al salón de nuevo cuando de pronto Eva empezó a llorar con más fuerza, se giró y se estampó contra mi pecho, apretando sus manos en mi nuca.

-No quiero que mueras Embry, no lo podré soportar. No lo vuelvas a decir jamás...porfavor.

¿Todo eso era solo por mi comentario? Creía que estaba cabreada porque, según ella, yo no tenía en cuenta sus sentimientos... ¿Sería Eva capaz algún día de darse cuenta de cuánto me importaba ella y todo lo que guardara relación con ella?

-Eh, Eva... -le susurré agachando la cabeza para colocarme a la altura de su oído-. Ven aquí, tonta...

Apoyé un brazo bajo su trasero y el otro en su espalda, la levanté y Eva me rodeó con los brazos y las piernas. La abracé con fuerza y noté como sus lágrimas resbalaban por mi pecho.

-Cariño no temas nada de eso. No me voy a morir, ¡qué bobada!... Perdóname amor, no quería decir nada que te doliera -la besé en los labios y la senté sobre la mesa alta de la cocina. Sequé sus lágrimas con mis pulgares y me separé despacio de ella-. Espérame aquí.

Volví al salón para apartarme un poco de ella, pero sin perderla de vista. Me quité los calzoncillos y entré en fase mientras Eva me miraba atentamente. Me costó algunos segundos transformarme, pero finalmente lo conseguí. Me tumbé en el suelo y apoyé la cabeza sobre las patas delanteras.

-Cuenta hasta diez -le dije mentalmente.
-¿Qué...?
-Da igual, creo que ya es suficiente -me reí para mis adentros.

Unos segundos más tarde, salí de fase deprisa y volví a ponerme el boxer. Regresé junto a Eva, que seguía sobre la mesa y rodeé su cintura con mis brazos.

-Creo que ya puedes quitarte el trapo cariño -lo hizo, y su herida ahora era una suave mancha rosada. Sonreí de oreja a oreja y le di un suave piquito-. ¡Me encanta eso! Y ahora deja de limpiar, por favor...

La cogí en brazos de nuevo y volví al sofá, donde me tumbé y acomodé a Eva sobre mi pecho, y bajé el volumen de la minicadena, donde sonaba "Know your enemy".

Abracé a Eva sobre mi pecho y ella apoyó la mejilla en mi hombro mientras yo acariciaba lentamente su espalda, intentando relajarla.

-No tienes que sentir nada, Eva -le dije después de un segundo-. Claro que estoy nervioso y preocupado, pero sé que estarán bien. Bueno... es nuestro Alfa, ¿no? Si hubiera pasado algo malo, a estas alturas lo sabríamos. Entiendo que estés nerviosa cariño, y puedes pagarlo conmigo las veces que haga falta -busqué su boca con la mía y Eva me besó cariñosamente-. ¿Sabes qué deberías hacer?
-¿Mmmm? -preguntó ella con la nariz pegada a mi cuello.
-Dejarme que te cuide -Eva me miró frunciendo el ceño y respiró con fuerza por la nariz-. No, en serio cariño, solo por un rato...

Me levanté y posé a Eva en el sofá con suavidad. Le pedí que esperara en el salón y troté hacia el baño. Cuando llegué, puse el tapón de la bañera, abrí el grifo del agua caliente y vertí un buen chorro del jabón que me pareció que olía mejor. Mientras esperaba a que la bañera se llenara de agua y espuma, busqué entre los armarios y los cajones del baño... sabía que las había visto en algún sitio... Finalmente encontré la velas al fondo del armario, saqué unas cuantas y fui deprisa a la cocina.

-¿Qué estás haciendo? -me preguntó Eva, que seguía en el sofá, cuando pasé por delante suyo.
-¡Shh! Espera y verás. Creo que te gustará... -entré en la cocina, cogí el encendedor y volví al baño.

Encendí las velas y apagué la luz, y cuando la bañera estuvo casi llena cerré el grifo. La verdad es que olía genial... Corrí al comedor y le sonreí a Eva de oreja a oreja mientras ella me escudriñaba con la mirada.

-Vamos cariño... ¡No me lo estropees! -me reí y la levanté del sofá en brazos. La llevé al baño en volandas y la dejé de pie en el suelo-. Bueno... solo intenta relajarte ¿vale? Luego te haré un masaje, a ver como me sale... -me reí y salí del baño entornando la puerta, y volví a la cocina donde empecé a buscar los ingredientes para hacerle un batido de chocolate.

Removí toda la cocina hasta que encontré todo lo que buscaba. Eché en la licuadora medio litro de leche, un chorrito de leche condensada, unos cuadrados de chocolate y un poco de canela. Lo batí todo, lo serví en un vaso enorme y lo metí unos minutos en la nevera mientras buscaba por los armarios. Saqué una caja de bombones y un bol de cerámica, quité el envoltorio de todos los bombones y los puse en el bol, encima de una bandeja.

-Amoooooooor!!! te necesito -me gritó Eva desde el baño.

Sonreí y saqué el batido de la nevera, lo puse sobre la bandeja, junto a los bombones, y andé contento hacia el baño. Me asomé y vi a Eva, que seguía sumergida en el agua, pero estiraba los brazos hacia mí. Dejé la bandeja sobre el mármol del lavamanos y Eva me urgió al ver que no me acercaba a ella.

-Veeeennn!!!
-No cariño, he dicho que voy a cuidarte y eso significa que tú debes relajarte -le dije intentando resistir su invitación.
-Vale.. pues mi relajación quiere que subas la temperatura de mi agua que ya está fria -me dijo Eva incorporándose frente a mí y mostrándome su cuerpo desnudo sobresaliendo de cintura para arriba sobre la espuma.

Y entonces no pude resistirme... ya se relajaría luego.
Me quité deprisa el boxer negro, que era la única prenda que llevaba y me sumergí en el agua junto a ella. Intenté encogerme para que ambos estuviéramos cómodos dentro de aquella bañera que ya era demasiado pequeña para mí solo.

-Te estaba preparando un poco de choco... ¡¡¡¡¡Oooooooouuchh!!!!! ¡¡Mierda de grifo!! -exclamé al clavármelo en la espalda.

Eva se rió de mí y yo me froté la espalda con una mano, haciendo un gesto de dolor. Después de un segundo cogí la mano de Eva entre las mías y la acerqué a mi cara.

-Déjame ver... -le dije escudriñando la cicatriz. La línea había adquirido un feo color rosado y estaba arrugada por el agua-. Uuugh... es asqueroso...
-Serás idiota...

Nos echamos a reír a carcajadas y no dejé que Eva separara su mano de la mía. Entrelacé mis dedos con los suyos y me quedé embobado mirándola mientras se reía. Alargué la mano que tenía libre y acaricié su mejilla desde la frente hasta la barbilla mientras deslizaba el dedo pulgar por su nariz y sus labios. Su labio inferior se pegó un segundo a mi dedo antes de que siguiera descendiendo. Acaricié su cuello, y noté los latidos acelerados de su corazón, y reseguí lentamente la línea de su clavícula.

-¿Qué?... -me preguntó ella sonrojándose ante mi momento de embobamiento.
-Nada, es que... ¿Te das cuenta de lo increíblemente hermosa que eres? -le dije con timidez-. Es... es abrumador.

Escuché atentamente a Eva sin estar muy seguro de cómo me sentaban sus palabras. No quería ni pensar en la posibilidad de perderla, solo imaginar un día sin Eva me partía el alma. Pero Eva me había dado la posibilidad de mantenerla lejos de la lucha. Sabía que le prometería, le juraría que la esperaría, y eso me daba la posibilidad de pedirle que nos marcháramos lejos de la lucha, de evitar que Eva se enfrentara a ellos nunca más. Pero yo tenía que luchar, por ella y por Nessie... Jacob y yo les debíamos una venganza. Y si yo luchaba, Eva también lo haría. Me había planteado un dilema enorme...

No podía negarme a su petición. No tenía ni que pedírmelo, ella ya sabía que la esperaría pasara lo que pasara. Igual que sabía que si se lo prometía le pediría que se alejara de la lucha, cosa que me alejaría también a mí...

Pero de lo que estaba seguro, era de que nada ni nadie me separaría de Eva, nunca.

Envolví a Eva en una toalla grande y ella se sentó sobre el retrete mientras yo me rodeaba la cintura con otra toalla. Eva me miró mientras yo continuaba pensativo. Me recogí el pelo en una coleta y volví junto a Eva. La levanté en brazos y me senté en el retrete, sentándola en mi regazo. Eva me miró seria, esperando mi respuesta y entonces me di cuenta de que ella podía pensar que no la esperaría, podía malinterpretar mi tardanza en contestar...

-Cariño... -cogí un bombón del bol y se lo acerqué a la boca, y Eva lo atrapó entre sus dientes mientras yo le acariciaba suavemente el labio inferior-. Sabes que te esperaría eternamente, cueste lo que cueste, yo lo único que quiero es estar contigo... Pero no hay ninguna razón para prometerte eso porque no te voy a perder. No necesito esperarte, ya te esperé toda mi vida, y al final te encontré cariño... y no voy a dejar que nada me arrebate lo mejor que me ha pasado en la vida. Pero si lo necesitas, mi amor... te lo prometo, claro que te lo prometo. Pero entonces tú tendrás que hacer algo que yo te pida...

Estreché a Eva contra mi pecho y ella apoyó una mano en mi cuello. Frunció el ceño un segundo, mirándome a los ojos, y después asintió una sola vez.

-De acuerdo... Ahora tú prométeme que pase lo que pase, harás lo que yo te diga en la lucha. Sé que no puedo alejarte de ella porque yo necesito luchar, necesito acabar con ellos, y sé que tu estarás donde yo esté. Pero tú nunca has luchado contra vampiros cariño, así que necesito que me prometas que me harás caso... si te digo que no hagas algo, no lo hagas, y si las cosas se complican, prométeme que te subirás a mí y nos largaremos cuanto antes... por favor.

-Embry... yo ya he tomado una decisión al respecto y .. no voy a luchar -me dijo Eva de repente.

Se levantó de mi regazo, desprendiéndose de mi abrazo y me dió la espalda. La miré atónito mientras salía del lavabo y me dejaba solo. Miré mi reflejo en el espejo, junto al batido y los bombones y me sorprendí al ver mi propia expresión confusa. Creía que Eva quería luchar, pero tal vez yo no había tenido en cuenta todo lo que había sufrido, lo duro que tenía que ser todo aquello para ella. Seguro que lo único que Eva deseaba era olvidarse de una vez por todas de toda aquella mierda y vivir en paz de una vez por todas... Tal vez la conexión que Nessie y ella habían hecho en casa de Jacob había sido mucho más chunga de lo que pensaba... ¿Qué habría visto Eva para cambiar de opinión...?

Me levanté lentamente y me apreté la toalla alrededor de la cintura mientras caminaba hacia mi habitación, donde Eva había empezado a vestirse. Me acerqué a ella y me coloqué delante suyo; apoyé las yemas de mis dedos bajo su barbilla y la obligué a mirarme.

-¿Porqué has decidido eso, Eva? -le pregunté mirándola fijamente a los ojos.

Le oí entrar en la habitación y sus manos buscaron mi mentón, yo dejé mi camiseta sobre mis codos apunto de ponerla, para alzar la vista y ver cuál era su rostro. Sólo había confusión en él. Ni un gramo de reproche y eso me hizo sonreir.

-¿Porqué has decidido eso, Eva? .-dijo con voz pausada mientras examinaba mis ojos en busca de mi posible mentira.
-Embry estoy cansada de esto, de las situaciones límite, de pender nuestra vida de un hilo, de un mal gesto de un tropiezo -dije mientras me ponía la camiseta y la fuerza de sus ojos me dejaba de intimidar.-...siento que esta no es mi lucha.-sus manos me fueron envolviendo en un abrazo y yo me deje escurrir en él.- Me limitaré a ser la escucha de sus planes y a deciroslos, pero no pienso entrar en combate. Ese no es mi trabajo, es el vuestro. Yo estaré aquí esperando a que vuelvas. -dije con la mejilla sobre su pecho sintiendo su ternura atraves de su abrazo y su aliento en mi pelo.

Sabia que el no me obligaría a ir a la lucha, y mis conexiones serian la escusa perfecta para esquivar a Jacob...
Mis manos se habian aferrado a sus hombros por detras endosandome en su pecho y remarcando las huellas de mi cabeza en su hueco predestinado. Suspiré y le besé el homnbro para volver a mirarle.

-Vamonos a tomar ese batido y chocolate viendo una peli hasta que Jake te de señales de vida.

Abracé a Eva contra mi pecho, envolviéndola tiernamente entre mis brazos. Sabía que ese momento llegaría. Eva siempre mostraba una máscara de mujer dura, pero en su interior había un corazoncito sensible como el de cualquier persona, al que me había dejado llegar sin pedir nada a cambio... Sabía que tarde o temprano todo aquello la desbordaría y se cansaría de toda esa mierda.
La mantuve a abrazada y hundí mi nariz en su pelo durante un minuto. Eva seguía apoyada sobre mi corazón, sobre aquel corazón que había sido suyo desde el momento en que me miró a los ojos.
Eva me dio un suave beso en el hombro y me miró.

-Vamonos a tomar ese batido y chocolate viendo una peli hasta que Jake te de señales de vida -me dijo separándose lentamente de mi abrazo.
-Espera, un segundo.

La besé con ternura en los labios y la cogí de la mano para que no se marchara. Di un paso hacia el fondo de la habitación y Eva me siguió. Solté su mano y abrí un cajón del armario, me quité la toalla y la tiré sobre la cama, y me puse unos boxer limpios. Volví a entrelazar mis dedos con los de Eva y fui hacia el baño.

-¿Sabes cariño? No tengo porqué luchar... puedo quedarme aquí contigo -le dije ansiando acabar con el chupasangres que la había dañado, pero sabiendo que nada para mí era tan importante como Eva-. No me gustaría que te quedaras sola, es demasiado arriesgado... Y Jacob tendrá al resto de la manada. Puedo mantenerme al margen.

Cogí el batido y los bombones del baño y seguí a Eva hacia el salón, dejé la comida sobre la mesa y le hice un gesto a Eva para que se sentara en el sofá. Me acerqué a la estanteria y eché una ojeada a las películas.

-¿Qué te apetece ver?¿Romántica, comedia, terror...?¿O quieres ahora tu masaje? -me giré y le sonreí con cara de pillo, y después volví a mirar las películas, señalando un par de ellas-. Estas son buenas. Va, elige tú. Yo las he visto todas mil veces...

-¿Sabes cariño? No tengo porqué luchar... puedo quedarme aquí contigo. No me gustaría que te quedaras sola, es demasiado arriesgado... Y Jacob tendrá al resto de la manada. Puedo mantenerme al margen.

Su oferta era muy tentadora, sabía que debía cogerla y no decir más, pero me había prometido a mi misma no interferir en su deber con la manada... me mordí el labio sin saber que contestar mientras EMbry recogía el batido y el cuenco con chocolates para llevarlo al salón. Me senté en el sofá cómo él me indicó y esperé por él qu lo esquivó y fué hacia el estante de las peliculas.


-¿Qué te apetece ver?¿Romántica, comedia, terror...?¿O quieres ahora tu masaje? -me miró con cara de pilló y una sonrisa se dibujo en mi cara sin remedio. Luego se giró y me señalo un par de peliculas de acción y miedo.- Estas son buenas. Va, elige tú. Yo las he visto todas mil veces...

-Ummmmm quiero ver una película que no sea de final trágico, - "que para eso ya tengola vida real", pensé- quiero mi masaje y quiero que me des un besito.-dije alargando las manos para que se acercará a mí cuanto antes.
Quería pasar junto a él el máximo tiempo posible que no tuviera que estar con la manada o yo con mis experimentos mentales. Me miró sonriente mientras cogía una pélicula sin mirarla siquiera...."seguro que ya la había elegido de antemano", y se dirigió hacia mis besos directo, dandome un morreo de esos que hacen época y quitan el hipo.

Con mis mejillas algo encendidas y recuperando la respiración miré la película que había elegido y ahora reposaba sobre el cojín del sofa donde la pusó mientras sus caricias habían subido de tono.


-A ver que has elegido.-dige estirandome y cogiendo la caratula sobr mi cabeza,mientras Embry aprovechaba y me besaba el cuello haciendome cosquillas que me hacian reir nerviosa- Kill Bill, de Quentin Tarantino... vaya no la he visto nunca, ¿acaba bien seguro no?

-Si amor, acaba bien te lo prometo. -dijo mientras se levantaba de encima mío y se dirigía al reproductor de Dvd. Yo me acurruqué sobre el sofa cojiendo el cojín entre mis brazos y reconociendo el olor de Embry en él.

-Vaya, ya veo a quien abrazas cuando no duermes conmigo.-dije haciendome la celosa del cojín, mientras Embry volvía hacia el sofa y se sentaba a mi lado hundiendome contra él al dejarse caer. Posó sus piernas sobre la mesita baja de madera y su brazó sobre el cabecero del sofa. Me sacó el cojín de las manos y puse cara de enfadomientras posaba una mano en su pecho para alejarme de él y ver que hacía con el cojín.Ví como lo ponía bajo su brazo izquierdo en jarra y decía.-Es mió.

-Eh pero ahora lo tenía yo, dámelo.-dije juguetona mientras me estiraba a cojerlo y él me segia el juego elevandolo para que yo no llegará mientras yo recorría su cuerpo buscando impulso, hasta que finalmente me cogío desprevenida y me tummbó sobre su regazo.
-Ahora tu tambien eres mía.

-Siempre lo fuí.

Y nuestras palabras las sellamos con un beso cargado de amor, ternura y pasión, hasta que la musiquita del Dvd empezó a sacarnos de quicio al oirla por decimoquinta vez.

-

Me encantaba jugar con Eva. Por un momento podía olvidar todas mis preocupaciones y mis obligaciones, y sacar la parte de niño que aun quedaba en mí. Y además ella me seguía el juego. Siempre me había preocupado que pudiera verme como un crío, como un niñato al que tenía que aguantar porque yo, de la forma más egoísta, había decidido que la necesitaba a mi lado para vivir. Pero ella también sacaba su parte de niña, y yo adoraba esa parte.
Se revolvió sobre mi cuerpo intentando llegar al cojín, que yo lancé de golpe contra el suelo, la abracé con fuerza y la tumbé sobre mí, apresándola entre mis brazos.

-Ahora tu tambien eres mía -le susurré sonriendo con malicia.
-Siempre lo fuí.

La abracé con fuerza, hundiendo una mano en su pelo y apretando la otra en su espalda para estrechar su cuerpo contra el mío. Busqué su boca desesperadamente y Eva me dio un beso de aúpa... me perdía entre sus labios y ya solo podía sentir la suavidad de ellos, el roce de su lengua contra la mía, sus manos cálidas sobre mi piel desnuda... Estaba seguro de que en cualquier momento, uno de sus besos me mataría. O como mínimo me llevaría a la locura.

Ronroneé y bajé mi cabeza para besarla en el cuello. La música del menú principal del dvd se aflojó poco a poco, y volvió a empezar por enésima vez. Se me escapó una risita cuando fui consciente de que había perdido la cuenta del tiempo que llevaba besándola. La miré a los ojos y me mordí el labio al ver sus mejillas sonrojadas... ¿Cómo podía ser tan atractiva, sexy, sensual y a la vez tan tierna y dulce? Me volvía loco...

Eva estaba sentada a horcajadas sobre mí. Descansaba sus manos sobre mis pectorales y me miraba con ternura y deseo... Su camiseta estaba revuelta y medio desmontada y se la coloqué bien sonriendo con picardía.

-Ha llegado la hora de tu masaje -le dije riéndome y controlando mi sofoco momentáneo.

Busqué el mando del dvd y le di a la opción de reproducción. La película empezó y yo apoyé las manos en la cintura de Eva para girarla con suavidad. Eva se mantuvo sentada sobre mi regazo, pero esta vez de espaldas a mí, apoyando las rodillas sobre el sofá, y sus manos sobre mis muslos. Cogí su cabello entre mis manos y lo aparté de su espalda, dejándolo caer sobre la parte delantera de su cuerpo. La besé en la nuca y empecé a masajearla empezando por las lumbares, por encima de su camiseta. La masajeé lentamente, sin estar muy seguro de como hacerlo, intentando no ejercer demasiada presión, y recorrí poco a poco toda su espalda y su nuca dibujando con mis dedos.

Aquella escena no era la más apropiada para contener mi sofoco... Eva estaba frente a la tele y calculé que Kill Bill llevaría, aproximadamente, unos 15 minutos. Pero yo no veía la pantalla, si no que lo único que veía era el cuerpo de Eva, amoldado al mío. Mis manos reseguían su espalda y la curva de su cintura... y lo peor de todo era que cuando algun movimiento de mis dedos le gustaba en especial, Eva bajaba la cabeza marcando delicadamente sus vértebras y erguía la espalda, moviendo sutilmente su cintura sobre mi vientre...

Pronto necesité un contacto más directo y seguí masajeándola, esta vez deslizando mis manos bajo su camiseta. El calor de su piel me encantaba, y después de un minuto sustituí mis manos por mis labios, besando su espalda de arriba a abajo.

-No me estoy enterando de la peli... -le dije con una carcajada mientras deslizaba mi nariz por su piel, grabando a fuego su olor en mi memoria.

-Ha llegado la hora de tu masaje.
Le miré divertida y le dejé hacer.me dió la vuelta y colocó sobre él mirando a la peli mientras sus manos comenzaban a deslizarse por mi piel. Poco a poco. Su tacto me desconcentraba tanto que me deje llevar y cerré los ojos sintiendo aún más si podia su piel sobre la mia.
Deslizó las manos bajo mi camiseta y aquello comenzó a hacerme remover de escalofrios. y subir mi temperatura a niveles insospechados. sus manos se ausentaron mi cuerpo se movió incosciente pidiendo más y noté sus labios sustituirlos y aquello fue demasiado.

-No me estoy enterando de la peli... -susrró Embry en mi hombro.

-¿Que peli?-pregunté abriendo los ojos y vieno imágenes de Uma.- ¿qué me he perdido?

La risa de Embry me hizo cosquillas en mi espalda y me estremecí al notar sus manos por debajo de mi camiseta en mi vientre.
-¿Dónde y quién te han enseñado a hacer esos masajes?-pregunté elevando una ceja y con sonrisa picara

-¿por qué? ¿te ha gustado?

-Umm siii, pero lo decía por cortarle las manos a quien lo haya practicado contigo y agradecerselo a quien te lo haya explicado.-dije girandome y besandole depositando en sus besos todo el calor y el deseo que sus manos habían hehco sentir a mi piel.

Eva se retorció sobre mi cuerpo hasta girarse y sentarse de cara a mí, rozando mi nariz con la suya. Mis manos se quedaron apoyadas en su espalda, bajo su camiseta, y ella apoyó una mano en mi pecho mientras con la otra empujaba de mi nuca para juntar nuestras bocas. La pasión de sus besos me sorprendió, Eva devoraba mis labios y apretaba su cuerpo contra el mío y mi respiración empezó a acelerarse mientras Eva seguía haciéndome suyo. Después de un minuto se separó de mí y me miró mientras mis ojos seguían cerrados y mis labios la buscaban en el aire. Eva soltó una risilla y apoyó las manos en mis hombros, acomodándose sobre mi regazo.

-Gracias por el masaje amor -me susurró besándome en el cuello.
-Mmmm... si siempre me lo vas a agradecer así, voy a tener que hacerte masajes a todas horas... -le susurré hundiendo mis dedos en su pelo mientras ella reseguía la línea de mi mandíbula con los labios. Escondí una sonrisa malvada y le hablé intentando mostrarme indiferente-. ¿Sabes quién me enseñó a hacer estos masajes? Rebecca.

Eva se incorporó de golpe y me miró a los ojos con furia. Solté una fuerte carcajada ante su reacción y Eva se impulsó apoyando las manos en mi pecho para levantarse de encima mío. Se puso de pie y dio un paso hacia la cocina, pero yo la rodeé por la cintura y tiré de ella para sentarla sobre mí de nuevo.

-¡¡Ven aquí!! -le dije riéndome-. Es broma, tonta... ¿Cómo iba a enseñármelo Rebecca? Me encantan tus celos.

Volví a reirme y la apresé entre mis brazos y el sofá. La besé apasionadamente en los labios y el cuello mientras ella seguía revolviéndose y mirándome seria.

-Uhmm... parece mentira que aun no sepas que soy completamente tuyo... ¿Y qué pasaría si Rebecca me hubiera hecho un masaje de esos eh?... -sonreí de medio lado, con gesto perverso y atrapé su labio inferior entre los míos. Ronroneé y Eva se cruzó de brazos, negándose a participar en mis besos, pero yo sonreí encantado; seguí besándola en el cuello y levanté ligeramente su camiseta para besar la piel suave y aterciopelada de su vientre-. ¿En serio crees que le gusto a Rebecca? Estás loca... si se fue con un surfista guaperas, de esos de película... Y sabes perfectamente que eres la única chica con la que he estado -le dije sonrojándome y cubriendo su piel de besos-. La verdad es que me he inventado el masaje sobre la marcha, creía que lo estaba haciendo fatal...

-Mmmm... si siempre me lo vas a agradecer así, voy a tener que hacerte masajes a todas horas... ¿Sabes quién me enseñó a hacer estos masajes? Rebecca.

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ CÓMO ?????????????
Embry sonreia con picardía... entonce syo no era la primera , me había mentido. Es imposible hacerle ese masaje a alguien sin caer en sus redes...eso me enfureció y me levanté de encima suyo. Como pòdía haber tocado así a esa golfa o dejarse tocar así por ella. Le odiaba con todas mis fuerzas. Me dirigí hacía lo cocina para beber agua pues había tragado en seco y la simple noticia me había dejado la garganta seca. Como podia decrimelo y quedarse con esa sonrisa..........grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr............

Note su calor sobre mi cintura y me revolvío hacía él otra vez.

Me sentó sobre él. Y le miré expresando toda mi rabia posible en aquella mirada y el sonrió de una forma perversa que me enloquecía...DEJA DE HACER ESO ME HAS CORTADO EL ROLLO..... aunque en mi espalda el resto de su tacto aún hormigueaba a su antojo por ella.



-¡¡Ven aquí!!. Es broma, tonta... ¿Cómo iba a enseñármelo Rebecca? Me encantan tus celos.

Su risa choco contra mi cara su cuerpo hizó una jaula con el sofá mientras volvía a besarme con furia... me resistí con no se que fuerza de voluntad mientras sus labios recorrían mi cuello mis labios mi mandibula.

-Si estoy celosa que pasa, ¡¡quita!!.-dije revolviendome inutilmente en lo que para él se había convertido en un divertido juego.

-Uhmm... parece mentira que aun no sepas que soy completamente tuyo... ¿Y qué pasaría si Rebecca me hubiera hecho un masaje de esos eh?... -sonrió de medio lado volviendome tremendamente loca...NOOOO ESTOY ENFADADA QUE NARICES ESTOY PENSANDO.Sus labios atraparon mi labio inferior y aquello me hizo empezar a respirar mas agitadamente si se podía pero ya no de enfado apreté mis manos contra mi cuerpo casi haciendome daño. NO TOCAR...
Sus besos siguieron describiendo un camino descendente por mi cuello hasta que me levantó la camiseta y comenzo a besar el ombligo.

¿En serio crees que le gusto a Rebecca? Estás loca... si se fue con un surfista guaperas, de esos de película... Y sabes perfectamente que eres la única chica con la que he estado. La verdad es que me he inventado el masaje sobre la marcha, creía que lo estaba haciendo fatal...

-Fatal!!!?? venga ya no lo quieras arreglar ahora!!.-le dije escapandoseme una sonrisa al oir sus palabras.- ¿¿de verdad soy la única??

-Pues claro que si, tonta.

Le sonreí timidamente comenzando a perder el hilo de mi enfado a lo que el respondió dibujando mis labios con sus dedos. en un gesto tremendamente tierno y sensual. Yo mordí mi labio inferior y el comprendió que todo el enfado se había evaporado.

-¿Por qué tienes que hacerme eso?. Sacarme de mis casillas con el tema de la psicopata de tu club de fans... sabes que no lo soporto, ni a ella, ni a la estupida aquella de la tienda.. ni a ninguna que te miré más de lo debido.- "Entiendo que sea inevitable quedarse mirando a semejante obra de la naturaleza...pero con un limite.", pensé mientras mis brazos comenzaban a aflojarse sibre mi agarra en la tripa yposaba lentamente mis manos en su piel desnuda.

-Nunca había sentido celos antes. De nada ni de nadie, pues no me había sentido pertenecer a alguien, y mucho menos ser dueña. -dije mientras sus labios besaban las comisuras de los mios y su risita alborataba mi piel respigandola.- Me estas haciendo hiperventilar.

Le dije lo último cuando sus manos se había escurrido bajo mi camiseta y habian comenzado a subir de nuevo, esta vez llevandose consigo la camiseta. se detuvo a la altura de mi sujetador y su respiración comenzó a parecerse más a la mía cuando retiró la camiseta que lo recubría. Su mano gentil me elevó desde la espalda y la sacó alborotando mi pelo en su camino. Miró mi cuerpo y luego mis ojos.

-No sabes lo que me podría enloquecer que cualquier otro pudiera hacer esto.-dijo acariciando mi vientre por el lado y subiendo por la cintura y mi costado hasta parar en mi axila y tomarme del cuello.- le arrancaría las manos.

Aquello hizo un torbellino de sentimientos en mi cuerpo que se estendió hasta la última célula del mismo. mis manos agarraron su pelo y nuca arrastrando su boca hacia la mia mientras mis piernos le rodeaban permitiendole apoyarse más comodamente en el sofá sus rodillas. Había estado haciendo fuerza pues mi cuerpo no había notado un gramo de su peso y tan solo se apoyaba de pies y manos. Era demasiado fuerte para una muñequita de porcelana cómo yo. Su cuerpo se amoldó al mió y nuestras bocas se besaron con fiereza. Nuestro labios luchaban por apoderarse el uno del del otro hasta que finalmente busqué su lengua con la mía y su roce fue veneno en mí. y no de un modo metafórico.

Me quedé paralizada y abrí los ojos como platos... eso sólo podía significar una cosa. Joel.

Finalmente Eva abandonó su enfado momentáneo y mi piel volvió a estremecerse bajo el contacto de sus manos. Seguí recorriendo su cuerpo cubriéndola de besos, mientras su camiseta suponía un obstáculo realmente incordiante... así que deslicé mis manos por su cintura y se la quité, levantándola ligeramente hacia mí. Eva respiró con fuerza y yo la observé mordiéndome el labio. Nunca podría acostumbrarme a ella, era el ser más maravilloso que jamás hubiera podido imaginar. Su piel, sus labios, sus ojos y la forma en que me miraba... Era tan tan bonita...
La acaricié con ternura, dándole todo el amor que sentía por ella y la miré fijamente a los ojos, sumergiéndome en aquel brillo que me provocaba taquicardias.

-No sabes lo que me podría enloquecer que cualquier otro pudiera hacer esto -le dije deslizando mis manos sobre su piel semidesnuda-. le arrancaría las manos.

De pronto Eva se aferró con fuerza a mi pelo y sus piernas rodearon mi cintura apretándome contra su cuerpo. Me abandoné a ella y dejé que poseyera lo que ya era suyo, notando como cada célula de mi cuerpo rogaba fundirse con Eva. Nos besamos con impaciencia y pasión, y mis manos recorrían su cuerpo desesperadamente. La besé en el cuello y reseguí la línea de su mandíbula y sus clavículas con mis labios. Eva buscó mi boca y nuestras respiraciones aceleradas se mezclaron antes de que su lengua rozara con dulzura la mía.

Y entonces todo cambió. Eva se tensó y dejó de acariciarme para apoyar sus manos en mi pecho y apartarme de ella.

-¿Qué...? -le pregunté aguantando su mirada horrorizada y notando como todo mi cuerpo lamentaba un posible rechazo.

Eva aflojó su abrazo y se revolvió intentando evitar la presa que había creado a su alrededor con mi cuerpo. Me aparté cuando me empujó y se levantó, corriendo hacia el pasillo.

-¡Eva! -la llamé mirándola sorprendido mientras se alejaba corriendo de mí-. ¿¡Cariño qué he hecho!?

Me levanté del sofá y fui tras ella sin entender qué podía haberla molestado. Justo cuando estaba a punto de tocarla, Eva entró en el lavabo y me cerró la puerta en las narices.

Joder... ¿qué había pasado? No podía haberle hecho daño, la había tratado con ternura... tal vez me había excedido, yo solo deseaba tenerla conmigo, sentirla a mi lado, acariciarla y besarla y saber que estaba conmigo. Y probablemente la estaba agobiando. Eva me había descubierto millones de cosas que nunca había imaginado que pudiera sentir, y compartirlas con ella era increible, tan maravilloso que resultaba casi insoportable. Y entonces pensé que tal vez se había sentido forzada, yo creía que Eva se había apasionado tanto como yo, pero empecé a pensar en la imagen que debía de haber creado... Eva tumbada en el sofá, con su delicado y dulce cuerpo atrapado bajo el mío, mucho más grande y pesado, y además cubriéndola de mi calor abrasador, y besándola y acariciándola con fiereza... ¿A quién no le agobiaría sentirse bajo esa cárcel?

Me sentí fatal... Apoyé la frente en la puerta del baño y las manos en el marco, y después de un minuto la llamé, intentando cortar ese silencio que me estaba agobiando profundamente...

-¿Qué...? -Embry preguntó mirandome conrecelo y yo comencé a tirar de su pecho e intentar salir de allí.
Me faltaba el aire en los pulmones y comenzaba a sentirme mareada. No podía creer que esto me pasará otra vez. Cada célula de mi cuerpo reclamaba la piel de Jacob y asqueba el tacto de Embry y me sentí peor aún, con un agujero en el estomago.
Embry se apartó y consegu´´i salir de debajo de su cuerpo.

-¡Eva!. ¿¡Cariño qué he hecho!?
No pude girarme para a mirarle, era demasiado duro para mí asi que apreté el paso y me dirigí hacia el lavabo.
Oí a Embry moverse tras de mi y cuando su calor rozó mi hombro llegue a la puerta del baño para cerrarla tras de mí. Me deslicé por ella hasta que me quedé sentada en el suelo con la cara entre mis manos. Mi respiración era agitada y no podía respirar ni pensar con claridad.
Odiaba con toda mi alma esa maldita conexión con Joel. Las lágrimas comenzaron a rodar por mi cara y me recogí en un ovillo para evitar que Embry me oyerá no queríaasustarle y tenía que inventarme algo cuanto antes.
Note como se apoyada sobre la puerta y decía mi nombre.

-Eva...-había tristeza en su voz y no se me ocurrió nada mejor que contestarle.

-Dejame un rato tranquila Embry, tus gracias sobre Becca me han cortado el rollo.-le dije en el tono más duro que pude fingir. EMbry golpeo la puerta con un puño y gruñó, y yo no pue reprimir un gemido ahogado.

-Eva no digas estúpideces.-dijo en un tono que parecía cabreado

-Vete y dejame tranquila Embry, no siempre estoy de humor.-mordi mi lengua mientras mi pecho segía llorando por cada palabra que decía y no oí ni siequiera contestación fuera. Me levanté poco a poco y me miré al espejo. Tenía los ojos hinchados de llorar y decidí lavarme la cara para que EMbry no lo viera. No podía verme así o no me dejaría volver a tener las conexiones con Joel nunca más.
Acabé de lavarme y salí del baño donde EMbry me esperaba sentado enfrente con los brazos en crus sobre su estomago y ceñudo. Le miré durante un minuto con sopresa e ilusión y luego me puse la mascara de fingido engaño.

-Creo que deberiamos ir a casa de Jake a ver si ya ha llegado o tiene noticias de Nessie.-dije apartando la mirada y iendo hacia la habitación para cambiarme cuando su mano me agarró por el codo y me giró hacia él de nuevo. Su gesto era severo y pude ver que sabía que le estaba mintiendo. Respire hondo y le dije con el mayor cinismo que pude.

-¿Qué pasa ahora?, ¿qué es lo que quieres?, ¿¿un rápido antes de irnos?? porque no estoy de humor Embry Call.-le dije mirando hacia otro lado cuando su mano apretó mi brazo y me giró hasta clavar sus ojos en los mio y dejarme sin respiración.

-No se te ocurra decirlo ni en broma,-gruñó- y sueltame de una vez que demonios pasa Eva Swan!!!!!

Mis ojos no lograron mantener la barrera que intentaba ergir y mis intentos de escabullirme fueron inutiles mientras mi respiración volvía agitarse y el miedo a reflejarse en mis ojos. De repente Embry me soltó y su semplante paso a la incredulidad.

-¿¿Ahora me tienes miedo??.-dijo confuso y yo me eché a llorar y me refugié en sus brazos.

-Si..-dije torpemente entre ssus cálidos brazos que se tensaron al oirlo.
-Por dios Eva sabes que jamás te haría daño.
-No es eso...

Me senté en el pasillo a esperar a que Eva saliera del baño, y escondí el rostro en mis manos sin entender nada de lo que estaba pasando. Me daba muchísimo miedo y me sentía fatal al pensar que hubiera podido hacerla sentir forzada en algún momento... Jamás haría algo así, siempre que besaba, acariciaba o hacía el amor con Eva lo hacía de la única forma que sabía: amándola profunda e incondicionalmente. Siempre intentaba mostrarle el amor que sentía por ella, quería que se sintiera amada y protegida, y que supiera que yo siempre sería suyo. Pero tal vez no había sido consciente de las impresiones que un hombre lobo puede crear a una chica que ya de por sí acarreaba mucha más presión y problemas de lo que nadie debería acarrear.
Y además la había cagado bromeando con lo de Rebecca. "Eres un auténtico gilipollas Embry..." me reproché. A mí me hacía muchísima gracia que pensara que yo podía gustarle a Rebecca, yo nunca la había mirado de esa forma, ni siquiera sabía si podía ser mi hermanastra. Pero no debía de haber bromeado sobre ello, no había pensado en que eso podía afectar a Eva... Estar celosa de Rebecca era la cosa más estúpida del mundo. Solo estar celosa ya lo era. Estaba imprimado, Eva era mi imprimada y nadie más, y eso suponía que Eva sería la única mujer de mi vida, sin cambios posibles. Nada ni nadie podría competir ni cambiar lo que ella significaba para mí.

Y ella lo sabía. Además yo le había jurado que era la única, y ella se lo había tomado de forma muy pasional, así que no. No podía ser que se hubiera cabreado por eso, tenía que haber algo más...
En ese momento Eva salió del baño y yo intenté retenerla para que me explicara lo que pasaba. Pero entonces, cuando Eva me miró, todo el amor había desaparecido de sus ojos. Había estado llorando, fruncía el ceño y le temblaba la barbilla, y me miró como si estuviera esperando a que la golpeara o algo parecido. Me miró aterrada. La solté de golpe y di un paso hacia atrás.

-¿¿Ahora me tienes miedo?? -le pregunté con el corazón en un puño. Eva se echó a llorar y se estampó contra mi pecho para abrazarme con toda su fuerza a la vez que yo la rodeaba con mis brazos tiernamente.
-Si... -murmuró y yo cerré los ojos odiándome profundamente. ¿Tan bruto había sido con ella? Si la asustaba cuando era lo más tierno que podía, ¿cómo iba a demostrarle que la amaba?... Tragué saliva e intenté no sacar las cosas de quicio.
-Por dios Eva sabes que jamás te haría daño.
-No es eso...
-¿Entonces qué es? Perdóname cariño, sabes que te amo y que nunca haría nada que pudiera dañarte, aunque a veces me equivoque. Lo siento, creía que a ti te apetecía tanto como a mí...
-No seas idiota Em, no has sido tú... -me dijo ella apretándome más fuerte. Busqué su rostro y la miré a los ojos. Alguien la había asustado, "alguien" pero no yo. Solo había una persona que pudiera estar en aquella habitación con nosotros de una forma no física. O mejor dicho, un vampiro.
-Ya, no he sido yo. Entonces ha sido él, ¿no?. Ese... Joel -Eva evitó mi mirada y hundió el rostro en mi pecho. Apoyé una mano bajo su barbilla y la obligué a mirarme a los ojos-. Explícame ahora mismo qué ha pasado y porqué se supone que debes tenerme miedo a mí...

-No, no quiero. Bastante me odio yo a mi misma por sentirlo, no quiero decirtelo! -gritó Eva apretándose con más fuerza a mi cintura.

Entonces me soltó y dio un paso para alejarse de mí, sin poder contener el llanto. La retuve como pude y la obligué a mirarme. La rodeé con un brazo para mantenerla cerca de mí, y con la otra mano acaricié su cabello y su mejilla. Eva apoyó los puños en mi pecho y bajó la cabeza para evitar mirarme a los ojos, pero yo seguí acariciándola con tenura.

-Eva sabes que puedes confiar en mí más que en nadie en el mundo... Necesito saber todo lo que te pase. Explícamelo por favor...
-No... perdóname Em pero no puedo, no quiero hacerte daño...

Eva se apoyó en mi pecho y noté como sus lágrimas resbalaban por mi piel. De pronto me sentí asustado, Eva no quería hacerme daño, y solo había una cosa en el mundo que pudiera dañarme: perderla. Me aterrorizó la idea de que pudiera tener algo que ver con eso, pero de todas formas Eva estaba sufriendo y yo necesitaba dejar de verla así...

-No me vas a hacer daño cariño... -le susurré-. Y de todas formas, quiero saberlo. Explícamelo Eva, sea lo que sea.

-No... perdóname Em pero no puedo, no quiero hacerte daño...

Lloré sobre su pecho sin consuelo existente. Hacía dos segundos le había rechazaso nada mas y nada menos por desear a su mejor amigo y ahora el me consolaba como si nada con su eterna ternura, eso me hacia sentir mas rastrera todavía y mi llanto se incrementó.

-No me vas a hacer daño cariño... -me susurró con miedo en la voz-. Y de todas formas, quiero saberlo. Explícamelo Eva, sea lo que sea.

Mis sentimientos pasaron de absoluta tristeza a cabreo total. No entendía que le iba a hacer un daño sobre humano, este niño no las pillaba ni a la de tres.
-CLARO QUE SI TE LO VOY HACER, ¿CUANDO NO TE LO HE HECHO? LO HAGO CONSTANTEMENTE.- grite.- ya no puedo más, ya no lo soporto más.
Comencé a dejarme caer y Embry me sostuvo arrodillandose conmigo, y besandome la cabeza.
-No debería tener tu comprensión Embry.- volvia a chillar y le miré a los ojos llenso de lagrimas furiosas contra mi misma.- me estabas besando y deseé los labios de otro no lo entiendes!!!.

Volví a llorar con la cara entre mis manos y noté como las manos de Embry dejaban de tocarme. Me levanté como pude apenas viendo entre las lágrimas y me tiré en la cama aferrando la almohada entre mis brazos y empapandola con mi llanto.
Me odiaba con todas mis fuerzas. Sentía tanto odio por mi misma que empecé a encerrarme en mi misma hasta que la cama se inclinó y rodé hasta el pecho de Embry que volvió a abrazarme. No me lo podía creer no podía ser cierto. Estaba alucinando seguro.... Pero por si acaso me lancé contra su boca susurrando palabras de perdón y odio hacia mi misma y besandole sin optener respuesta por su parte.

-Lo siento, te amo tanto.... no puedo soportar sentir esas cosas, me siento sucia, una cinica y una hipocrita..... lo lamento tanto ojala pudiera hacer que esto no me pasara, no lo soporto, odio ser debil odio hacerte pasar por esto por mi culpa, tendría que desaparecer, tedría que irme lejos par ano volver a hacerte esto nunca más...quiero que se vaya de mi mente, quiero que se mmuera y que me deje en paz.